Ningún ejecutivo de Wall Street se encuentra entre los diez mejores pagados de EEUU, según la lista de los 25 salarios más altos divulgada por la revista Forbes y en la que el primer directivo de una entidad financiera es el consejero delegado de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, quien ocupa el puesto 12.
La clasificación, que se puede consultar hoy en la página web de la publicación, afirma que Dimon es el ejecutivo de Wall Street mejor pagado al cobrar un sueldo de 42 millones de dólares, al que suma otros 18.600 millones en bonificaciones y rentabilidad sobre inversiones.
Por su parte, el director ejecutivo del fondo de inversión BlackRock, Laurence Fink, es decimosexto con un salario base de 39,9 millones de dólares, aunque sus ingresos adicionales se elevaron a 2.400 millones de dólares.
Fuera de los 25 primeros está el consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, quien cobra 21,7 millones de dólares anuales de la entidad financiera, mientras los salarios de sus colegas de Bank of America, Bryan Moynihan, y Citigroup, Vikram Pandit, apenas llegan a 2,3 y 1,3 millones al año, respectivamente.
El ránking está encabezado por el presidente y consejero delegado de la firma de servicios médicos McKesson, John Hammergren.
Hammergren cobra como salario base 131,2 millones de dólares anuales, casi el doble que los 66,7 millones al año que recibe el segundo clasificado, el diseñador Ralph Lauren.
El director ejecutivo de McKesson también ingresará en 2011 otros 1.200 millones de dólares en bonificaciones, mientras Lauren, creador de la marca de ropa que lleva su nombre, decidió reducir sus gastos a cargo de la compañía y ahora paga de su bolsillo sus viajes personales en los aviones privados que pertenecen a la firma de moda, según Forbes.
Tras ellos se sitúan los presidentes de la promotora inmobiliaria Vornado, Michael Fascitelli (64,4 millones de dólares); el grupo Walt Disney, Robert Iger (53,3 millones); y la compañía gestora de prescripciones médicas Express Scripts, George Paz (51,5 millones).
Los sueldos de los consejeros delegados de las mayores empresas de EEUU aumentaron el 28 % en 2011 y sus bonificaciones se han triplicado desde la crisis financiera de 2008, según datos de la instituto GovernanceMetrics International citados por la revista.
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