Por Marco Fajardo
La situación económica argentina se deteriora. Al complejo escenario externo se suma una alta inflación, la caída de inversiones y un aumento del déficit fiscal, en medio de la desaceleración económica. Goldman Sachs ya diagnosticó que los transandinos sufren “estanflación”.
En medio de la caída del ingreso de divisas, el viernes el Banco Central admitió que estudia pesificar las operaciones de mercados de futuros. Hugo Biolcatti, jefe de la Sociedad Rutal, puso el grito en el cielo y afirmó que ese tipo de comercialización no puede concretarse en pesos porque “con una inflación del 25% anual sería imposible la operatoria”.
“La economía argentina presenta fiebre”, señaló el viernes el economista Carlos Melconian, que apuntó al “despilfarro” fiscal. Su colega José Luis Espert señala que el país “ya entró en recesión”.
Las señales se multiplican. Según cifras oficiales, a partir del cuarto trimestre hubo una desaceleración del consumo público y privado, la inversión interna bruta fija y la exportación.
La producción industrial argentina cayó más de 4% por segundo mes consecutivo en junio, el mayor declive bimensual en una década. Además la actividad económica retrocedió 0,5% en mayo frente al año previo, la primera caída interanual desde julio de 2009.
Un reporte de Quantum indica que la situación es similar a 2008/2009, con la diferencia de un contexto externo “menos adverso”, gracias al alto precio de los granos (importante producto de exportación) y la caída del precio del petróleo.
¿Qué explica entonces la situación económica?
Daniel Marx, ex secretario de Finanzas y director ejecutivo de Quantum, apunta a diversos factores, como “un desequilibrio en el mercado monetario, las presiones sobre el mercado cambiario, la alta inflación”, así como “la asignación o no de inversión en los últimos años”. No se atreve a hablar de recesión, pero sí es una “importantísima desaceleración”.
El ex funcionario destaca además las “señales confusas” del gobierno a la economía. Esto va desde “negociar o no un determinado ajuste de precio con la secretaría de Comercio, y cómo este afectará o no la rentabilidad, o si hubo o no un permiso de importación o de exportación, según el caso, o cuál es el tipo de cambio aplicable”.
Final de ciclo
“Creo que estamos al final de un ciclo económico”, dijo Jorge Todesca de la consultora Finsoport, a DF, “lo que no significa que haya un derrumbe inminente de la economía”.
Todesca recuerda que aún hay un saldo comercial externo positivo y 46.000 millones de dólares de reservas internacionales.
“Lo que veo agotado es la lógica de crecimiento de estos años”, basada en impulsar el consumo, que generó una inflación que está restando competitividad a la economía argentina, según Todesca.
Agrega que no puede pretenderse que la economía crezca a tasas de 8%, como fue en los últimos años. El analista cree que se podría crecer al 4%, “que es una tasa buena a largo plazo”, si el gobierno se decidiera a moderar la expansión del gasto público y monetaria, y lograra un acuerdo salarial entre trabajadores y empresarios.
Todo eso dará “lo principal que le está faltando a la economía argentina, que es certidumbre y confianza”, asegura. Todesca espera que 2013 sea un buen año debido a mayores precios de granos y la recuperación de Brasil, lo que permitirá conservar un saldo comercial positivo.
Tampoco cree que haya problemas con el pago de la deuda externa, ya que el gobierno seguirá acudiendo al Banco Central. Además los vencimientos del próximo año son inferiores al actual, ya que se pagará menos por los bonos atados al crecimiento.