Con más de US$ 10 millones de millones bajo administración, BlackRock, la mayor gestora del mundo, conocida por su alta presencia en acciones y bonos, lleva adelante una fuerte expansión en infraestructura.
70% posee del aeropuerto de Punta Arenas.
Con la compra de plataformas como Global Infrastructure Partners (GIP), la gigante de capital privado HPS Investment Partners y la proveedora de datos Preqin, BlackRock aceleró su ingreso al mundo de las inversiones alternativas.
La estrategia en alternativos es uno de los pilares más importantes de crecimiento para la compañía. En 2024, cuando selló la adquisición de GIP, el presidente y director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, calificó la operación como un “negocio transformacional” para la firma.
Desde la década de 2010, acumula una importante presencia en la subclase de activos de infraestructura a nivel global, cuya red se expande hasta Chile.
En suelo local, uno de sus activos más emblemáticos -y desafiantes- pertenece al segmento hospitalario. Desde 2020, es accionista, con el 47,7% de la propiedad, del nuevo Hospital del Salvador -junto al Instituto Nacional de Geriatría-, para su construcción y operación, inversión en la que es socio de la mexicana GIA+A, que posee un 51% del negocio. El complejo acumula seis años de retraso, cuya apertura se pospuso para 2026.
Regiones
BlackRock también mantiene en cartera y opera una serie de activos a lo largo de gran parte del territorio chileno.
A la fecha, posee el 70% de la Red Aeroportuaria Austral, para operar el Aeropuerto Presidente Carlos Ibáñez del Campo de Punta Arenas (en la foto) y el Aeródromo de Balmaceda. También, desde 2021, tiene el 70% de la concesionaria del Aeropuerto La Florida, de La Serena.
En ambos negocios aeroportuarios es socio con el conglomerado empresarial español Grupo Azvi, que participa a través de su filial de infraestructura Cointer, que posee el 30% restante respectivamente.
En tanto, cuenta con el 31,5% de la concesionaria de la Red Hospitalaria Los Ríos-Los Lagos, para construir y operar los hospitales de Los Lagos, La Unión, Río Nuevo y Puerto Varas. En estos proyectos es socio de GIA+A y la española Eductrade.
Para esta cartera de activos, la chilena Falcom ha actuado como el canalizador del capital de BlackRock. La gestora estructuró el principal fondo mediante el cual la estadounidense invierte en el portafolio de aeropuertos y hospitales.
Energía
Fuera de las concesiones, las fichas de BlackRock están en la matriz energética.
En 2022, a través de su fondo Global Renewable Power III invirtió en una cartera de 435 megawatts de proyectos solares en Chile, con la adquisición de una cartera de 18 proyectos a Tralka Energías Renovables, y una asociación paralela con Solek Group para el desarrollo una veintena de plantas de energía fotovoltaica. Falcom también canalizó esta inversión.
Además, a través de la adquirida GIP, controla el 20,6% de la española Naturgy, matriz de Metrogas (60,7%), y el 100% de Atlas Renewable Energy, que opera tres parques solares con un total de 426,5 MW de capacidad instalada y el portafolio eólico Alpaca, con 417 MW. Y a través de la filial Glacier, invierte en una cartera de proyectos eólicos y solares junto a Aes Andes.