La clave japonesa de la permanente reinvención
En sus 75 años de historia Canon es un ejemplo de una filosofía corporativa que apuesta por la diversificación. En los años ’60, sus directivos abrieron un área de equipos de oficina que hoy genera el 53% de su facturación mundial.
Por: Equipo DF
Publicado: Sábado 30 de junio de 2012 a las 05:00 hrs.
Por Claudia Marín Mazuela
enviada especial a tokio
Todos los días, cientos de japoneses llegan a orar a la diosa de la misericordia, Kannon, en el templo budista dedicado a ella en Asakusa, uno de los barrios más tradicionales de Tokio. Claro que antes de ingresar, todos deben pasar por un rito de purificación con agua, donde deben lavar sus manos y boca, y otro con incienso, donde los peregrinos se llevan con las manos el humo a su cabeza para limpiar su mente.
“Con esto van a ser más inteligentes”, dice un japonés mientras anima a los turistas a seguir el rito. Los devotos dejan monedas como ofrendas y rezan para que la diosa tome sus sufrimientos y aliviane su dolor.
Fue justamente en honor a esta deidad, de raíces chinas e indias y conocida en Japón como Kwannon o Kannon, que cuando en 1933 dos jóvenes decidieron desarrollar el prototipo de la primera cámara fotográfica nipona, la bautizaron como Kwanon. Trabajaron en una pequeña habitación en el barrio de Roppongi, hoy conocido en Tokio por sus restaurantes y su vida nocturna, hasta que en 1935 lograron presentar la Hansa, una cámara de 35 milímetros que dio el puntapié inicial a Canon.
Hoy la firma, que a poco andar decidió simplificar el nombre Kwanon por Canon, más occidental, tiene en total 277 subsidiarias en el mundo, entre oficinas comerciales, de producción, de Investigación y Desarrollo (I+D) y de otras áreas. El año pasado logró ventas consolidadas por US$ 45.608 millones de dólares y a nivel global superó los 198 mil empleados.
Y aunque comenzó por las cámaras, lo cierto es que la estrategia de la empresa trazada hace cuatro décadas decidió apostar por la diversificación, y la fotografía, junto a las otras áreas dirigidas al consumidor final, representa sólo el 37% de las ventas de Canon.
Enfrentando la crisis
Algunas voces hablaban hace tiempo de la amenaza que está generando para el sector la incorporación de cámaras cada vez más avanzadas en los teléfonos celulares, lo que podría afectar especialmente al segmento de equipos de fotografía más básicos.
Sin embargo, Fujio Mitarai, presidente y CEO de Canon y descendiente del primer presidente de la compañía, no está de acuerdo. “No se ha observado en el mercado el fenómeno de que la venta de cámaras se vea afectada por los celulares. Existe una diferencia tajante en la calidad de las cámaras, especialmente en las réflex, y técnicamente no se puede acceder a esa calidad en el celular”.
Seguramente no fue esta potencial amenaza lo que tuvieron en cuenta los directivos de Canon cuando en 1967 crearon el eslogan “cámaras a la derecha y máquinas para oficina a la izquierda”, pero con esto abrieron definitivamente el camino a la diversificación.
Esa decisión ha sido clave en su crecimiento. Hoy el 53% de su facturación corresponde al segmento de oficinas, incluyendo copiadoras, imprentas digitales, impresoras láser y cartuchos, y el 13% a ventas para industrias, que incluyen por ejemplo equipos de diagnóstico oftálmico.
Y para cumplir con el objetivo de ser número uno en todos los segmentos de negocio, la inversión en I+D es uno de los principales focos: en 2011, el 8,7% de sus ventas netas se destinó a ese ítem, lo que equivale a unos US$ 3.946 millones.
Sin embargo, el panorama mundial tiene a Canon, según Mitarai, “en estado de estancamiento económico”, debido a la crisis financiera.
Eso ha hecho a la compañía mirar hacia otros mercados actualmente más pequeños, pero más seguros, como Latinoamérica. Para el próximo año, la firma espera abrir una fábrica de cámaras en el Amazonas de Brasil, para atender al mercado fotográfico, que sigue creciendo impulsado por los países emergentes. Paralelamente trabaja en una nueva planta en Tailandia, enfocada en el ensamblaje de multifuncionales.
Una de las fábricas de Canon está en Suzhou, China, a dos horas de Shanghai. Desde ahí se exportan máquinas copiadoras y multifuncionales a todo el mundo, producidas por más de 8.500 operarios que en promedio tienen 18,5 años y que ganan alrededor de un 20% más que el salario mínimo de la región (equivalente a unos US$ 215).
En Canon dicen, sin embargo, que los costos de la mano de obra allá han aumentado. Sin embargo, además de apostar por la automatización, su ubicación le permite aprovechar los precios de los productos locales, importando menos partes de Japón y utilizando más de China, fórmula que les está permitiendo reducir sus costos para enfrentar la crisis, pese a la cual la empresa espera crecer un 5% este año.
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