La victoria de la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, en las primarias presidenciales del oficialismo ha generado una serie de reacciones, pero esencialmente en el mundo político. En el mundo empresarial, con el cual se relacionó como Ministra del Trabajo, ha predominado el silencio.
De hecho, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, es el único que ha reconocido su sorpresa por el triunfo.
Consultado por DF, el también exministro del Presidente Sebastián Piñera dijo que la considera “una mujer extremadamente carismática y estos carismas son atrayentes, pero más me sorprende la constatación de que el centro perdió con fuerza”.
Y la presidenta de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Susana Jiménez, solo confirmó la intención de juntarse con la ahora carta presidencial del oficialismo, pero para exponerle las propuestas económicas que está trabajando la multigremial. Un ejercicio que, aseguró, replicarán con los otros candidatos a La Moneda.
Pero si bien el mundo empresarial ha tomado distancia de Jara por estos días, en algún momento el diálogo fue cercano. Incluso, la exsecretaria de Estado logró generar con el sector empresarial una relación que se considera atípica y ella es recordada como una mujer dialogante, según lo relatan algunos nombres que tuvo como contraparte.
Carisma y pragmatismo
Cuando Jara aterrizó en el Ministerio del Trabajo al inicio del Gobierno tenía varias tareas encomendadas, pero hubo dos que, en particular, tenían suma urgencia: la reducción de la jornada laboral a 40 horas y la reforma previsional.
En dicho momento, el presidente de la CPC era Juan Sutil, con quien enfrentaron diferencias que dieron paso a un acuerdo en un tema en el que, por mucho tiempo, el mundo privado se mostró en contra: la reducción de jornada.
“La entonces ministra tuvo la habilidad de ir buscando acuerdos, en diferentes materias, como por ejemplo en flexibilidad, adaptabilidad laboral, manteniendo ejes en los turnos de la minería, transporte”, relata Sutil.
Cuando se presentaron los ejes del proyecto de 40 Horas el 23 de agosto de 2022, el sector empresarial estuvo presente en la ceremonia en La Moneda.
El propio Sutil dijo en aquel momento que los planteamientos hacían eco de los acuerdos previos alcanzados por empleadores y sindicatos, como el que la propia CPC construyó con algunas centrales sindicales.
Pero no siempre había consenso, y en materia previsional la discusión fue más compleja. “Ella tenía un discurso bastante avasallador al inicio del Gobierno, una posición muy refundacional. Pero después de que ganó el rechazo por un 62%, que fue un portazo de marca mayor a la izquierda y a su proyecto, hubo un cambio en la estructura de Gobierno. Entra el socialismo democrático al Gobierno y empieza la moderación. Empieza a cambiar el discurso”, recuerda Sutil.
Pero si bien la discusión se podía volver tensa, Sutil destaca que siempre primó el buen trato. “Uno puede tener profundas divisiones, pero eso no significa que no haya civilidad, que no haya respeto, había conversación y debate”, agrega.
Otro nombre con el que Jara se sentó a conversar fue Ricardo Mewes. Cuando Jara llegó al Mintrab, el empresario lideraba el directorio de ChileValora. “Nos tocó definir a la directora ejecutiva, había que llegar a un acuerdo, y ella se caracterizaba por ser muy dialogante”, expone Mewes.
En diciembre de 2022, asumió la presidencia de la CPC, y la relación con Jara se estrechó, pero con él ahora en otro rol, ya que le correspondía llevar la voz del sector privado al debate de los distintos temas laborales.
“Ella tiene una forma muy agradable de conversar, de plantear los temas, es de fácil entendimiento. Pero tiene su postura, que es bastante ideológica, y eso no lo ha perdido nunca. Pero claro, tiene un estilo para dialogar muy franco, sin molestarse y sin cortar puentes. Mucho se decía que los empresarios tenían problemas con el Gobierno, pero eso nunca fue así. Teníamos una muy buena relación, mucho diálogo y negociación, podíamos no llegar a acuerdos, pero siempre hubo diálogo”, destaca Mewes.
Una buena relación que no impidió las diferencias. “Cada vez que la invitábamos a la CPC a explicarnos la reforma previsional, por ejemplo, siempre tuvo la mejor disposición a asistir, a llevar cifras, más allá de que estuvieramos de acuerdo o no. Pero tenía esa disposición”, reconoce el expresidente de la CPC.
Una relación más allá de los gremios
La formalidad no fue el único marco en que la exministra trató de vincularse con el sector de los negocios. En 2023 Jara participó en reuniones con empresarios en la casa del exalcalde Pablo Zalaquett, encuentros en los que participaron nombres como Óscar Hasbún, exvicepresidente de la Sofofa y ejecutivo del Grupo Luksic; Andrés Trivelli de Larraín Vial; Jaime Munita y Juan Carlos Chomalí, de AFP Capital; y Andrés Merino, de AFP Provida, entre otros.
Los participantes de estos encuentros destacan la cercanía y franqueza que mostraba Jara en dichos encuentros. Citas que, dicen, tenían como principal objetivo que los actores se conocieran y pudieran escuchar a su contraparte “sin sesgos”.
Un estilo que, para algunos, tuvo frutos en el diálogo que impuso en las distintas negociaciones de las que se hizo parte, incluida, además de 40 horas y la reforma previsional, y una desafiante Ley Karin, cuyos avances fueron reflejo no sólo de la simpatía, sino que por sobre todo del pragmatismo de los actores involucrados.