El 3 de marzo, el italiano Nicola Romanello asumió como gerente general de Roche Pharma Chile. La multinacional con sede en Suiza y presencia comercial en 150 países está en Chile desde los años ‘30 y cuenta con cerca de 300 trabajadores en territorio nacional. “Es una de las 20 operaciones más relevantes del mundo para Roche”, dice Romanello.
Y como un actor protagónico en la industria de la salud, la farmacéutica también mira con especial atención los desafíos que enfrenta el sistema. “Hoy tenemos 14% de la población con más de 65 años, la estimación es que en los próximos 10 a 15 años alcance un 25% a 30%. Y ese envejecimiento también se junta con algunos determinantes de salud típicos de Chile, como por ejemplo que un 40% de la población está por encima de los índices de obesidad y que un tercio de las personas fuman por lo menos un cigarro al día”, resume Romanello
En ese contexto, el ejecutivo urge a realizar algunas modificaciones al sistema. Y una en que pone especial hincapié es en la necesidad de aumentar la eficiencia en el gasto en salud. “Chile está invirtiendo en línea con lo que son los mejores países de la región, en línea con lo que se esperaría para un país como Chile (…) Lo que sí tenemos que mejorar son algunos factores como el alto gasto que aún depende de los pacientes, un tercio de todo lo que se gasta es aún gasto de bolsillo”, expone.
“El gasto de bolsillo es un reflejo de un reembolso inadecuado, o que aún puede mejorar. Porque cuanto más tengamos incorporación de soluciones de salud que estén siendo usadas, menor el gasto de bolsillo. Así que se puede mejorar la calidad y la eficiencia de gasto”, sintetiza.
Judicialización
Entre estas ineficiencias, una que preocupa especialmente a Roche es la judicialización: cuando un paciente necesita acceso a un medicamento en específico que no está garantizado por ningún sistema de reembolso -como la Ley Ricarte Soto, por ejemplo-, lo que los lleva a ir a la justicia para pedirle al Estado que pague la solución.
“Hay que intentar encontrar un camino viable, sostenible para todos bajo el parámetro de la triple ganancia. Queremos que el paciente reciba la solución, pero que eso sea equitativo y no solo para el que va a la justicia. Y que lo reciba en los tiempos adecuados. Necesitamos abrir un camino formal y no extraordinario”, apunta Romanello.
El análisis de la farmacéutica es que el Estado está destinando muchos fondos a juicios que bien podrían destinarse a fondos de acceso a medicamentos. El gerente de Roche en Chile sugiere mirar todo lo que se está judicializando y “formalizar esta demanda extraordinaria (…) Nuestra propuesta es de riesgo compartido con los pagadores y el Gobierno, para que se integre esa solución que está siendo judicializada en una cobertura formal. En muchos casos esto implica un costo menor para el sistema”, asegura.
Prevenir antes de curar
En Roche, al igual que entre la gran mayoría de los especialistas del sector salud, asumen que hay un problema de fondo con el sistema chileno y que es que está concentrado en curar en vez de prevenir. Un modelo que se conoce como el fee-for-service, es decir, pagar por una prestación determinada.
Por eso, Romanello sostiene que también están impulsando y pujando por un modelo con una mirada más “holística”, empezando por la concientización de la enfermedad y luego una adherencia al tratamiento que sea oportuna. “Hay que tener políticas públicas de largo plazo, con un cambio de paradigma, en uno que se vea la salud bajo un parámetro de inversión y no de costo al sistema. Está ampliamente demostrado que el retorno de la inversión por cada $ 1 que se pone en salud, siempre va a ser de $ 3, $ 4 o $ 5”.
Como ejemplo el gerente menciona los países nórdicos, como Noruega o Finlandia, y destaca que estos apostaron con fuerza por la digitalización del sistema para lograr un sistema con enfoque preventivo, alcanzando la interoperabilidad y canales de comunicación más eficientes con los pacientes.