El cobre registró su peor primer trimestre en la Bolsa de Metales de Londres en más de una década, con una caída de 4,20% en el precio spot. Este es su peor desempeño desde el retroceso de 7,88% que anotó el metal rojo en los tres primeros meses de 2001.
Tras el feriado del lunes en la plaza londinense, el cobre volvió a caer ayer, con una baja de 1,95% a US$ 3,37223 la libra. Pero los expertos advierten que lo peor aún podría estar por venir. “Es bastante obvio que el mercado del cobre ha entrado en un nuevo período de estabilización de sus fundamentos”, afirmó el analista y vicepresidente asistente de investigación de materias primas de Barclays Capital en Nueva York, Nicholas Snowdon, en entrevista con DF.
El especialista explicó que en la década pasada lo que definía los precios en el mercado del cobre era una oferta relativamente débil y un mercado ajustado. Mientras que en 2012 y 2013 han visto una mejora significativa en el desempeño de la oferta. “Esto claramente está teniendo un efecto suavizante en los fundamentos del mercado del cobre”, graficó.
A lo anterior se suma una posición vendedora del cobre por parte de los inversionistas y los altos inventarios.
Barclays está proyectando ahora que los precios del cobre se ubicarán en un rango de entre
US$ 3,18 y US$ 3,40 la libra hacia fines de año.
Pronósticos del Central
En su Informe de Política Monetaria correspondiente a marzo y publicado ayer, el Banco Central de Chile reconoció que en su escenario base, los precios del cobre “muestran una trayectoria descendente”. Y la entidad agregó: “Llama la atención el fuerte aumento de los inventarios en bolsa, que de continuar, podría generar mayores riesgos de caídas del precio en el horizonte de proyección”.
Sin embargo, el instituto emisor aún espera un precio de US$ 3,5 la libra para el metal en 2013 y de US$ 3,4 para 2014. La máxima autoridad monetaria a nivel local mostró preocupación por la tendencia que está exhibiendo la principal exportación de Chile.
En su reporte de ayer, el ente autónomo destacó que “en particular, una caída abrupta y duradera del precio del cobre por factores reales o financieros tendría impactos significativos sobre la cuenta corriente, la demanda interna y la inflación”.