Desempleo en 2012
Es destacable la disminución en la desocupación femenina respecto al año anterior, que cae de 8,9% a 7,8%, con 256 mil desocupadas en todo el país...
- T+
- T-
Es destacable la disminución en la desocupación femenina respecto al año anterior, que cae de 8,9% a 7,8%, con 256 mil desocupadas en todo el país, disminuyendo en 25 mil las que buscan trabajo y no lo encuentran. Se mantiene la baja en el número de trabajadores en la agricultura, actividades forestales y relacionadas, ya que respecto al mismo período de 2011 hay 45 mil ocupados menos; lo que ratifica las preocupaciones de las empresas y constituye un aumento de la productividad.
Las regiones de Los Lagos y Aysén muestran con claridad una situación prácticamente de pleno empleo, con tasas de 3,4% y 3,7%, respectivamente. También es notoria la caída en un año de la desocupación en Antofagasta, y el bajo desempleo existente en O´Higgins, que llega sólo al 4,6%. Biobío, en cambio, se mantiene relativamente alto con un 8%. La región que muestra una inexplicada disminución en el número de trabajadores es Arica y Parinacota, con un incremento que llega al 9,5%, subiendo 1,6% en un año.
La baja del desempleo en Chile ya está generando varios fenómenos: uno es la escasez de personal, especialmente técnico y profesional, en sectores como minería, construcción y acuicultura; lo que también significa una presión al alza de las remuneraciones al aumentar el trabajo asalariado. Resulta clara la importancia de la calificación para tener empleo, ya que técnicos y profesionales de nivel medio concentraron proporcionalmente el mayor incremento en el empleo, en los sectores más dinámicos respecto al año anterior.
Es un buen momento para decidir las modificaciones al Seguro de Desempleo; cuando la desocupación aumenta ya es tarde para establecer buenos mecanismos de protección, junto con evitar que se achiquen o cierren las empresas. También es posible diseñar esquemas nuevos, que entreguen posibilidades a las empresas para negociar con los trabajadores contratos en los que puedan variar las remuneraciones de acuerdo al ciclo económico (bajarlas con el compromiso de subirlas y devolver la disminución en época de “vacas gordas”).
En el contexto que son muy buenas noticias, no podemos olvidar que el empleo es la herramienta más poderosa contra la pobreza, pero no disminuye la desigualdad; por otra parte, a mediados de los años 90 el desempleo estuvo bajo el 5,0% y también se dijo que estábamos en pleno empleo, que el tema era incrementar la fuerza de trabajo, abrir la puerta a trabajadores extranjeros, etc., pocos años después, la tasa llegó al 12,0%. Finalmente, los ingresos de la mayor parte de los chilenos todavía son muy bajos, más del 50% de los sueldos son inferiores a $ 600.000 y cientos de miles perciben menos de $ 200.000 mensuales. No hay que cantar victoria porque los ciclos existen y van a seguir existiendo, porque las remuneraciones de muchos, demasiados a mi juicio, son muy bajas y porque el camino de la mayor productividad es largo y complicado, y se dificulta más con las ideologías rígidas de algunos trabajadores, muchos empresarios y demasiados teóricos, que no han administrado una empresa en su vida.