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El daño de la reforma tributaria a la clase media

Por: Guillermo Ramírez, diputado UDI de la comisión de Hacienda. | Publicado: Jueves 2 de febrero de 2023 a las 04:00 hrs.
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Guillermo Ramírez, diputado UDI de la comisión de Hacienda.

Múltiples gobiernos, en el transcurso de la última década, han impulsado sucesivas reformas en materia tributaria. Algunas de ellas -más o menos estructurales- han contribuido a crear un velo de incertidumbre e incertezas jurídicas para los contribuyentes y posibles inversionistas, especialmente considerando la prevalencia de criterios políticos por sobre la evidencia técnica en ciertos casos.

El pasado lunes 23 de enero, la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados despachó en particular la reforma tributaria presentada por el Gobierno del Presidente Boric, siendo altamente probable que sea vista en la Sala durante las primeras semanas de marzo. Múltiples críticas han rodeado la discusión de esta reforma, la que debido a su radicalidad presenta amenazas concretas y reales al crecimiento y la estabilidad económica del país, al centrar sus objetivos exclusivamente en la recaudación, y olvidarse por completo de medidas que motiven e incentiven el ahorro y la inversión.

Tampoco es menor la oportunidad en la que se presenta esta reforma, un momento en el que se prevé que durante este año habrá recesión económica, y organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han señalado que Chile sería el único país de la región que no crecerá durante este período. Introducir una reforma tan estructural y cambiar las reglas de un sistema que durante mucho tiempo ha funcionado parece no ser la decisión correcta ni adecuada para paliar la inestabilidad.

Desde el Gobierno, el propio ministro de Hacienda ha señalado que la reforma no tendrá impacto alguno para cerca del 97% de los contribuyentes, y sus efectos sólo afectarán al 3% más rico de la población. Sin embargo, resulta difícil entender que el ministro, siendo expresidente del Banco Central, desconozca que cualquier cambio al sistema tributario, aunque no sea directamente, sí tendrá efectos en el resto de la población, y que se traducirán, necesariamente en este caso, en peores condiciones para invertir, ahorrar, y por ende, afectará la generación y mantención de empleos.

Un claro ejemplo de ello es la eliminación de la exención del DFL2, debido a que el Gobierno no ha cuantificado el aumento en el precio de los arriendos que podría producirse, porque los dueños de esas propiedades, ante la modificación en la forma de tributar, reaccionarán como cualquier mercado ante un cambio, y es lógico que intenten traspasar al valor del arriendo la pérdida en la rentabilidad que les implique pagar más impuestos.

El anterior es sólo uno de los casos en los que los afectados no serán ese 3% más rico, sino que todos los chilenos que luego de años de esfuerzo pudieron adquirir una vivienda y generar un ingreso adicional, pero que al entrar en vigencia está medida, los recursos que obtengan a partir de dicho arriendo serán considerados renta.

Sorprende también las varias contradicciones que este proyecto presenta entre el mensaje y el articulado propuesto. Se planteaba como uno de los principios de la reforma la simplicidad del sistema tributario, es decir, que sea sencillo, fácil de entender y de cumplir las obligaciones que contiene por parte del contribuyente. No obstante, luego de analizar su contenido, rápidamente es posible percatarse que está lejos de cumplir con dicha simplicidad.

En el largo plazo, la mayor recaudación viene del crecimiento económico, pero es irrisorio pensar que, con las modificaciones que se plantean, se recuperarán los índices de crecimiento que Chile gozaba hace unos años, ya que por el contrario, la reforma tributaria de este Gobierno frenará todo tipo de nueva inversión en el país, y cualquier aumento en los impuestos a las empresas se traducirá en un aumento en los precios para el resto de las personas.

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