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Infraestructura hídrica: el valor de la experiencia comparada

Juan Pablo Negroni, director AIC

Por: Juan Pablo Negroni | Publicado: Lunes 13 de marzo de 2023 a las 08:15 hrs.
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Juan Pablo Negroni

Con motivo de la reciente rotura de matrices de agua potable acontecida en Recoleta, y el importante efecto mediático generado, es importante resaltar que la industria sanitaria y del agua tiene un desafío enorme debido a la problemática de escasez hídrica existente, situación que -a juicio de los expertos en la materia- debiera agudizarse en los próximos años producto del cambio climático y el calentamiento global. 

En general, no existe una sola solución al problema de escasez hídrica, sino un conjunto de medidas y tecnologías que aplicadas adecuadamente pueden dar cuenta de mitigar el problema. Estas medidas son básicamente tres: nuevas fuentes (desalación, ente otras), reutilización (directo e indirecto), y finalmente, el uso eficiente y control de pérdidas. 

En este sentido, se debe destacar el factor de las aguas no facturadas que, de acuerdo con cifras de la Superintendencia de Servicios Sanitarios de Chile, representaría más del 30%  de la producción total de agua potable. Dicho de otra manera, perdemos un 30% en la distribución del agua disponible para consumo. 

Afortunadamente, dicha industria no tiene para qué “inventar la rueda” para asegurar el abastecimiento de agua. Al contrario, este proceso ya lo han vivido, y con éxito, otras industrias como energía, hidrocarburos y minería. 

Lo primero se relaciona con la aplicación de estándares internacionales para la gestión de los activos, basados en la Norma ISO 55001, ya que desde 2020, y con un plazo máximo hasta 2023, todas las empresas de energía en Chile (de generación, transmisión y distribución) deberán implementar un Sistema Integral de Gestión de Activos basado en la normativa internacional antes mencionada. 

Asimismo, es importante recordar que la ISO 55001 se centra en el desarrollo e implantación un sistema proactivo de gestión del ciclo de vida de los activos. Esto respalda la optimización de los activos y la reducción de los costos totales de propiedad, así como la reducción de los riesgos asociados a la propiedad de los activos, desde costos innecesarios de mantenimiento e ineficiencia hasta prevención de accidentes (por ejemplo, rotura de matrices). 

En el caso de las mineras, varias han adoptado además la Norma API 1160 para la gestión de integridad de sus grandes ductos y tuberías, reduciendo prácticamente al mínimo los eventos de roturas y pérdidas. 

Por lo tanto, en este sentido, la industria sanitaria y del agua tiene una enorme oportunidad para mejorar y evolucionar positivamente en el tiempo, aplicando las normas y la experiencia comparada de otras infraestructuras críticas. Sin embargo, dado que son negocios regulados, este requerimiento debe ser iniciativa de la SISS (Superintendencia de Servicios Sanitarios) así como su fiscalización, como ya aconteció con la SEC.

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