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Columnistas

Qué hacer si en la oficina no es bien visto cumplir con el horario laboral

Lucy Kellaway

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 17 de agosto de 2015 a las 04:00 hrs.

Lucy Kellaway

Querida Lucy ¿Tras una década gastada prácticamente viviendo en la oficina, estoy probando un nuevo enfoque. Realizar mi trabajo en las horas laborales. Entro a las 9:00 y me voy a las 5:30. Estoy avanzando más que cuando pasaba once horas de manera ineficiente en la oficina. Pero a mis colegas no les gusta, y se la pasan haciendo comentarios sarcásticos sobre mi supuesta pereza. ¿Es posible mantener una reputación de buen trabajador y compromiso cuando uno deja la oficina puntualmente cada día?
Ejecutiva del área editorial, 38 años.

La respuesta de Lucy:
No me sorprende para nada que puedas realizar todo tu trabajo entre las 9:00 y las 5:30. No creo que exista ningún empleo de oficina en el país que en teoría no se pueda completar dentro de la semana laboral normal.
Sin embargo, uno de los problemas con el trabajo de oficina es que lo que uno hace no sólo es invisible sino también subjetivo. Por eso es que lo que la gente mide no es lo que sale (es decir, el trabajo mismo) sino lo que entra (vale decir, las horas de trabajo).
El segundo problema es que las horas no sólo son una representación de la productividad, son un símbolo de estatus. En los organigramas más planos, donde no existen muchos peldaños en la escalera para ascender, las horas son una señal de ambición y futura jerarquía.
La tercera dificultad es que el trabajo es sólo una de las cosas que se tienen que hacer en la oficina. El resto es socializar, hacer política, chismear y competir. No hace falta decir que estas actividades son idiotas e improductivas, pero hay que hacerlas si uno quiere seguir avanzando. Si insiste en pasar ocho horas al día con la cabeza agachada y concentrada, descuidará estas otras tareas.
Hay dos opciones. La primera es que puede seguir como ahora en cuyo caso las bromas y críticas continuarán hasta que sus colegas den por descontado que pertenece a un círculo de iniciados y decidan que ya no tiene sentido seguir molestándola.
La segunda es que existen algunos trucos que se pueden usar. Normalmente no recomiendo usar trucos, pero en este caso, como la situación es tan idiota, tiene más sentido.
Le sugiero que no trabaje de 9:00 a 5:30, sino 40 horas a la semana en estallidos impredecibles de actividad. Un día puede trabajar de 8:00 a 8:00, y al siguiente "trabajar desde su casa", y no hacer prácticamente nada.
O, si prefiere hacer la misma cantidad de trabajo cada día, puede ir moviendo sus ocho horas de modo que en un extremo o en el otro coincida con sus colegas que prefieren las jornadas largas.
En general, llegar tarde se ve mucho menos mal que irse temprano, así que, ¿por qué mejor no llegar frecuentemente a las 11:00 o a las 12:00? Todos asumirán que estaba en una reunión. Y luego trabaja hasta las 8:00. Todos creerán que ha vuelto a su rutina de once horas diarias.
Mientras haga eso, y mientras complemente su jornada de ocho horas distribuidas irregularmente con frecuentes reclamos y quejas sobre lo estresada y sobrecargada que se encuentra, hay una buena posibilidad de que se salga con la suya.

Las respuestas de los lectores:

A partir de mi experiencia trabajando durante 35 años en distintos cargos en el sector público, diría que usted es víctima de la ley de Parkinson: "el trabajo se expande siempre de modo que ocupar todo el espacio dispuesto para él". Si la cultura de una organización valora las horas de esfuerzo más que los resultados -y las horas son mucho más fáciles de medir- entonces sin importar lo efectiva o eficiente que sea nada va a compensar por la falta de tiempo gastado en reuniones. Economista, hombre, 59 años.

Durante once años trabajé de 8:00 a 7:30, pero hace tres años, tras la muerte de un colega de un infarto, cambié totalmente mis prioridades y decidí trabajar de 9:00 a 5:30 también. Incluso así siento que hago más que cualquiera de mis colegas, pero no he sido promovido. Francés, 38 años.

Trabajé para una empresa de emprendimientos tecnológicos y solía estar ahí a las 6:00 todos los días. tenía que retirarme a las 4:00. Aún así, era una jornada bastante larga. Pero mis colegas solían decirme: "que amable fueste de venir a visitarnos hoy". Ahora tengo un colega que llega diez minutos antes que el jefe y se va cinco minutos después. La percepción es que él trabaja más tiempo y más duro que los demás. Anónimo.

Ni siquiera entiendo qué es lo que está haciendo en su oficina. Tal como lo presentó, su cargo tiene responsabilidades administrativas que influyen sobre las pérdidas y las ganancias de la compañía. ¿Entonces, qué hace que no está afuera de la oficina trabajando con sus equipos de ventas y marketing? Anónimo.

Cada cierto tiempo envíe algunos correos electrónicos a sus colegas, cópielos y rediríjalos a socios externos a las 11:00 de la noche y a las 6:00 de la mañana. Eso le permitirá obtener la reputación de trabajólica que quiere obtener. Mujer.

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