Crisis de alimentos menguará, pero no se irá
Mejor regulación y mayor inversión elevarán la producción, pero el suministro seguirá presionado a medida que crece el consumo en el mundo en desarrollo.
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 19 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
Grandes alzas en los precios de los alimentos están enviando señales de alerta sobre una crisis, generando llamados por una coordinación de las políticas internacionales.
El índice de precios de alimentos de la FAO subió a 234 puntos en junio. Aunque es sólo 1% más que en mayo, avanzó 39% respecto del mismo mes de 2010, agregando combustible al debate sobre si el mundo afronta una crisis. Agencias como la FAO y el Banco Mundial están haciendo lobby vigorosamente desde el anterior peak de 2007-08 para generar consciencia del riesgo de una crisis humanitaria. Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, dijo que los crecientes precios y volatilidad de los alimentos son la “mayor amenaza” para las naciones en desarrollo. Francia, que actualmente detenta la presidencia del G20, está liderando la causa. En junio se realizó en París la primera reunión de ministros de Agricultura del G20, y el presidente Nicolas Sarkozy pidió una nueva regulación para los commodities agrícolas.
Los ministros acordaron reunir información sobre suministros de alimentos para crear un “sistema de alerta temprana”. También prometieron analizar la posibilidad de elevar sus reservas de emergencia. Pero la propuesta para reducir el uso de biocombustibles o legislar en contra de las barreras comerciales para los commodities agrícolas fueron rechazadas. Más aún, los ministros de agricultura traspasaron a los de Finanzas la responsabilidad de investigar el impacto de la especulación en los precios internacionales.
Motores de precios
Lo más fácil es culpar por las alzas a los especuladores; con las ultra bajas tasas de interés a nivel global incrementando la liquidez, los inversionistas buscan retornos y los activos de commodities son atractivos. Pero, un significativo estrechamiento en los mercados agrícolas globales también afecta.
En momentos en que el consumo crece persistentemente, grandes problemas en el suministro han afectado a muchos commodities alimenticios. A mediados de 2010 una sequía en Rusia y otros Estados provocó fuertes caídas en las cosechas de trigo. El subsiguiente incremento en los precios fue exacerbado por la prohibición de exportar aplicada por Rusia y Ucrania.
Incluso los precios de commodities agrícolas, como el arroz o la soya, que no sufrieron problemas de suministro, subieron porque son una alternativa a los commodities con problemas de suministros. También incidieron las altas temperaturas en Europa y las severas inundaciones en Australia, a comienzos de 2011.
Factores estructurales
Los actuales peaks no deberían durar. Nuestro índice de precios de alimentos, comida para ganado y bebestibles subirá un tercio este año, pero caerá cerca de 12% el próximo año a medida que el suministro se recupera y seguirá cayendo cada año hasta 2015, a medida que los mercados responden incrementando el suministro.
En el lado de la demanda, hay cambios estructurales en curso que sugieren que el mundo necesita elevar la producción agrícola para cubrir las crecientes necesidades de consumo futuras. El crecimiento sostenido de la población y los mayores ingresos en el mundo en desarrollo están creando una demanda adicional por alimentos. Esto coincide con otra tendencia en el lado del suministro que están reduciendo la producción potencial; la actual urbanización no sólo reduce el suministro mundial de tierra arable, sino que también saca a los campesinos de sus granjas y los incorpora a los consumidores de las ciudades que compran sus alimentos en los supermercados.
Algunos problemas pueden ser abordados por el mercado. El sector agrícola ha sufrido décadas de subinversión debido a los bajos precios. El reciente incremento aumenta las recompensas financieras para la agricultura alentando más inversión para modernizar la actividad en los países en desarrollo y elevar los rendimientos. Ciertamente, existe bastante margen para elevar la productividad agrícola global, y ya existen ejemplos de que eso está ocurriendo. La modernización de la agricultura en Brasil ha convertido al país en el mayor exportador de alimento para ganado. Rusia y Ucrania se han convertido en grandes exportadores de granos y oleaginosas en la última década.
Otra área clave es la infraestructura para almacenamiento. Un reciente informe de la FAO estimó que un tercio de la producción agrícola mundial se pierde, y las pobres condiciones de almacenamiento son responsables por la mayor parte de las pérdidas en los países en desarrollo.
La producción global seguramente repuntará gracias a la mayor conciencia e inversión y los mecanismos de estabilización. Pero se necesitará más que regular los mercados para reducir los precios y elevar la calidad de vida en los países pobres.
El índice de precios de alimentos de la FAO subió a 234 puntos en junio. Aunque es sólo 1% más que en mayo, avanzó 39% respecto del mismo mes de 2010, agregando combustible al debate sobre si el mundo afronta una crisis. Agencias como la FAO y el Banco Mundial están haciendo lobby vigorosamente desde el anterior peak de 2007-08 para generar consciencia del riesgo de una crisis humanitaria. Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, dijo que los crecientes precios y volatilidad de los alimentos son la “mayor amenaza” para las naciones en desarrollo. Francia, que actualmente detenta la presidencia del G20, está liderando la causa. En junio se realizó en París la primera reunión de ministros de Agricultura del G20, y el presidente Nicolas Sarkozy pidió una nueva regulación para los commodities agrícolas.
Los ministros acordaron reunir información sobre suministros de alimentos para crear un “sistema de alerta temprana”. También prometieron analizar la posibilidad de elevar sus reservas de emergencia. Pero la propuesta para reducir el uso de biocombustibles o legislar en contra de las barreras comerciales para los commodities agrícolas fueron rechazadas. Más aún, los ministros de agricultura traspasaron a los de Finanzas la responsabilidad de investigar el impacto de la especulación en los precios internacionales.
Motores de precios
Lo más fácil es culpar por las alzas a los especuladores; con las ultra bajas tasas de interés a nivel global incrementando la liquidez, los inversionistas buscan retornos y los activos de commodities son atractivos. Pero, un significativo estrechamiento en los mercados agrícolas globales también afecta.
En momentos en que el consumo crece persistentemente, grandes problemas en el suministro han afectado a muchos commodities alimenticios. A mediados de 2010 una sequía en Rusia y otros Estados provocó fuertes caídas en las cosechas de trigo. El subsiguiente incremento en los precios fue exacerbado por la prohibición de exportar aplicada por Rusia y Ucrania.
Incluso los precios de commodities agrícolas, como el arroz o la soya, que no sufrieron problemas de suministro, subieron porque son una alternativa a los commodities con problemas de suministros. También incidieron las altas temperaturas en Europa y las severas inundaciones en Australia, a comienzos de 2011.
Factores estructurales
Los actuales peaks no deberían durar. Nuestro índice de precios de alimentos, comida para ganado y bebestibles subirá un tercio este año, pero caerá cerca de 12% el próximo año a medida que el suministro se recupera y seguirá cayendo cada año hasta 2015, a medida que los mercados responden incrementando el suministro.
En el lado de la demanda, hay cambios estructurales en curso que sugieren que el mundo necesita elevar la producción agrícola para cubrir las crecientes necesidades de consumo futuras. El crecimiento sostenido de la población y los mayores ingresos en el mundo en desarrollo están creando una demanda adicional por alimentos. Esto coincide con otra tendencia en el lado del suministro que están reduciendo la producción potencial; la actual urbanización no sólo reduce el suministro mundial de tierra arable, sino que también saca a los campesinos de sus granjas y los incorpora a los consumidores de las ciudades que compran sus alimentos en los supermercados.
Algunos problemas pueden ser abordados por el mercado. El sector agrícola ha sufrido décadas de subinversión debido a los bajos precios. El reciente incremento aumenta las recompensas financieras para la agricultura alentando más inversión para modernizar la actividad en los países en desarrollo y elevar los rendimientos. Ciertamente, existe bastante margen para elevar la productividad agrícola global, y ya existen ejemplos de que eso está ocurriendo. La modernización de la agricultura en Brasil ha convertido al país en el mayor exportador de alimento para ganado. Rusia y Ucrania se han convertido en grandes exportadores de granos y oleaginosas en la última década.
Otra área clave es la infraestructura para almacenamiento. Un reciente informe de la FAO estimó que un tercio de la producción agrícola mundial se pierde, y las pobres condiciones de almacenamiento son responsables por la mayor parte de las pérdidas en los países en desarrollo.
La producción global seguramente repuntará gracias a la mayor conciencia e inversión y los mecanismos de estabilización. Pero se necesitará más que regular los mercados para reducir los precios y elevar la calidad de vida en los países pobres.
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