“Luego de más de 60 años de historia”, “de considerables esfuerzos” y “con gran pesar”, la administración de la Multitienda Corona oficializó su solicitud de quiebra.
“Esta determinación se ha tomado luego que, tanto la administración, el directorio y sus accionistas, hayan tomado todos los cursos de acción que se tuvieron a disposición a efectos de asegurar la continuidad operacional de la compañía”, dijo el abogado de la empresa, Iván Caldery (del Estudio Nelson Contador Abogados & Consultores), en una presentación a la justicia a la que tuvo acceso Diario Financiero.
A principios de junio, la sociedad –ligada a la familia Schupper– había anunciado un acuerdo con sus acreedores, evitando así la quiebra, pero semanas después, la historia dio un vuelco en 180 grados: a primera hora del pasado el 27 de junio, la administración informó a las jefaturas que la empresa se cerraba.
Los Schupper no lograron el acceso a nuevos recursos (punto clave del acuerdo con sus acreedores) y, con una deuda superior a los $ 66.900 millones, se decidieron por iniciar un proceso de liquidación voluntaria.
“A la fecha, pese a los esfuerzos efectuados por la compañía, su administración y sus accionistas, ha transcurrido (…), sin que se hubieran obtenido las aprobaciones de los financistas para el otorgamiento de los créditos”, señaló la firma.
Añadió que, según se estableció en el acuerdo de reorganización, la línea de crédito era necesaria y absolutamente imprescindible para hacer frente a las necesidades de capital de trabajo de la compañía. Por lo tanto, al no obtener dicho financiamiento, no solo se incurrió en una imposibilidad de cumplimiento del acuerdo, sino que además Corona vio “irrevocablemente agravado” el mal estado de sus negocios.
“En atención a lo señalado, con gran pesar la administración se ha visto en la obligación de solicitar la declaración de incumplimiento y liquidación voluntaria de Multitiendas Corona S.A., luego de más de 60 años de historia”, dijo la sociedad.
Iván Caldery dijo que se analizaron una serie de opciones para mantener operativa la compañía, sin éxito, como la búsqueda de un tercero interesado en la adquisición de la propiedad de la empresa y el eventual otorgamiento del financiamiento necesario para la continuidad de sus operaciones comerciales.
También destacó que los socios inyectaron recursos a la firma mediante la postergación del cobro de rentas de arrendamiento y pasivos relacionados. “De tal magnitud han sido estos aportes que, a la fecha de presentación de esta solicitud, el 32,88% de la composición del pasivo de Corona corresponde a este concepto”, sostuvo.
Con todo, la empresa pidió que se nomine con urgencia al liquidador para que los 1.700 trabajadores “puedan cobrar sus finiquitos y seguros de cesantía lo antes posible”.
La firma ya había logrado salir de un proceso de reorganización judicial en 2022. En abril de ese año, había pagado de manera anticipada las deudas con sus acreedores.
En el fracasado actual proceso, el retailer señaló que la crisis del consumo, sumado al impacto negativo que produjo el cierre de la tarjeta de crédito de la casa comercial, afectó "de manera importante" sus resultados y, a pesar de que los ingresos de 2024 venían al alza, sostuvo que está “lejos de su potencial” por la falta de capital de trabajo.