Fue vecino del epicentro de la revuelta social de octubre de 2019. Y, para mala suerte de sus propietarios, fue blanco de constantes ataques. Desde ese entonces, la Torre Telefónica, a un costado de la Plaza Baquedano, en el centro de Santiago, ha estado casi sin moradores.
Las miles de personas que acudían cada día al complejo de oficinas fueron enviadas a trabajar desde sus casas. Sí han estado yendo, con permiso de por medio, los trabajadores a cargo de la completa remodelación que se está llevando a cabo en el interior del emblemático inmueble que evoca un -hoy, muy antiguo- teléfono móvil.
La administración del grupo Telefónica, que opera bajo su marca comercial Movistar, decidió quedarse con un porcentaje del complejo de oficinas de casi 35 mil metros cuadrados de superficie (compuesto por tres edificios, incluida la torre que por un tiempo fue la más alta de Chile, con 32 pisos) y el resto arrendarlo a terceros.
Y ya hay nuevos inquilinos. Se trata de la mayor empresa de publicidad y relaciones públicas del mundo, la británica WPP, que arrendó varios pisos del edificio principal del denominado Distrito Movistar.
Este también incluye otro inmueble de cinco pisos (que se arrendará del segundo al quinto nivel) y otro de nueve pisos, que quedará en su totalidad en manos de la empresa de telecomunicaciones.
El arribo de la multinacional al complejo de oficinas de Telefónica Chile, construido en 1995, no estuvo exento de polémica. El acuerdo fue firmado –para mala suerte de los arrendatarios- pocos días antes del estallido social.
La compañía británica intentó rescindir el contrato mientras se difundían videos y fotografías de cómo el edificio era atacado con piedras, fuego y rayado con frases relacionadas al estallido social. Sin embargo, recibió un portazo, según varias fuentes consultadas, que hablaron bajo reserva.
Con un contrato de por medio que cumplir, desde hace varios meses que la firma WPP ha estado enfocada en remodelar las oficinas que alquiló, proyecto que está pronto a estar listo para luego comenzar a recibir a los trabajadores.
El plan de WPP es unificar todas sus filiales en el país en un gran cuartel general. Ya lo había hecho en España, donde, precisamente, se instaló en la antigua sede de Telefónica en la madrileña calle de Ríos Rosas.
La relación entre ambas compañías va más allá. Incluso, la firma británica administra gran parte del negocio de la publicidad digital de la gigante de las telecomunicaciones en la región. En todo caso, se espera que la llegada del nuevo inquilino sea de forma paulatina.
De hecho, la gran mayoría de los más de 3.500 trabajadores de Movistar dejaron el edificio en octubre de 2019, ante los constantes ataques derivados de la crisis social. Luego, volvieron lentamente entre enero y febrero del año pasado, pero llegó la pandemia y se regresó a la modalidad de teletrabajo.
Y, recién hace tres meses, se volvieron a abrir las oficinas para los principales gerentes y directivos de la compañía que quieran ir de forma voluntaria.
La idea -explican en la compañía- es que el regreso a las instalaciones sea controlado y bajo estrictas medidas de protección sanitaria. Por lo pronto, Movistar ya logró una certificación de la Asociación Chilena de Seguridad y su edificio fue catalogado como uno de los 10 con mayores estándares anti Covid-19 a nivel nacional.
Los precios y el diseño de Senerman
Mientras se avanza en la llegada de los inquilinos, la administración de Telefónica Chile, liderada por su presidente y CEO, Roberto Muñoz, mantiene su plan original de vender el complejo de oficinas bajo una transacción tipo sale & leaseback, es decir, se enajena el activo y se alquila a largo plazo.
El proceso no está suspendido, dicen conocedores, aunque reconocen que en el actual momento político que vive Chile es difícil que llegue una oferta por el inmueble.
La venta de este activo es parte de la estrategia del grupo Telefónica España de desprenderse de activos inmobiliarios no estratégicos en los distintos países donde opera. La firma considera que esta es una de las iniciativas más ágiles en su plan de reducción de deuda.
La firma ya ha concretado la enajenación de inmuebles en varias ciudades de España y en países de Sudamérica como Colombia.
Según diversas fuentes consultadas, hubo varios interesados en el edificio de Plaza Baquedano. Entre ellos se menciona al grupo Patio, aunque según las mismas fuentes consultadas, nunca hizo una oferta formal.
También tantearon el inmueble varios fondos de inversión, pero todos desistieron de avanzar en el proceso. El edificio sufrió diversos ataques en medio de la revuelta social; incluso, vándalos ingresaron al edificio y causaron destrozos. Nadie quería estar ahí.
Pero al interior del grupo Telefónica hay confianza -optimismo y esperanza- de que la zona volverá a ser atractiva como para concretar la venta del edificio. En todo caso, dicen al interior de la empresa que no hay apuro en vender y que esperarán una propuesta que se acerque a sus pretensiones, las que rondan los US$ 110 millones.
En paralelo, la firma de telecomunicaciones ya tomó la decisión de realizar una profunda remodelación del exterior del complejo: contrató a la oficina ASL Arquitectos, de Abraham Senerman, para diseñar una nueva estructura antivandálica.
La instalación de este verdadero blindaje irá desde el segundo al noveno piso del conjunto de edificios, tanto por avenida Providencia como por General Bustamante. La obra también considera un cierre exterior móvil en el primer nivel. Todo tendrá un costo superior a los $ 1.000 millones.
“Nuestro edificio corporativo, ubicado en un punto neurálgico de la capital, ha sido testigo de las principales manifestaciones, y también ha sido foco de diversas acciones vandálicas. Por esto, este proyecto -que comenzará su construcción en 2021- busca que toda la comunidad pueda recuperar estos espacios priorizando siempre la paz social. Junto a ello, la obra aportará a la estética del entorno y se vinculará de manera positiva con la comunidad de Providencia”, dijo la compañía.
Con esto bajo el brazo, las firmas de intermediación CBRE y Gps Global Property están ofreciendo el arriendo de las oficinas que aún están disponibles del complejo. Éstas van del piso 2 al 5 del edificio conocido como Gemelo, y del 16 al 21 de la torre de 32 pisos, aunque el piso 16, dicen conocedores, ya está comprometido.
No es común que dos empresas ofrezcan el arriendo de oficinas de un edificio en el país, pero en la industria se destaca que el objetivo sería que una busque empresas internacionales y la otra firmas locales.
Desde una de las intermediarias explican que el precio de los arriendos del primer edificio es de 0,40 UF, y de la torre grande 0,44 UF. Ambos valores más IVA. “Es llegar e instalarse; todo está amoblado”, dice uno de los consultados.
No obstante, ejecutivos de dos grandes firmas de intermediación de oficinas coinciden -bajo reserva- que el valor propuesto es alto frente al actual escenario que vive la industria de las oficinas, con un fuerte aumento en la disponibilidad de espacios por el boom del trabajo a distancia.
Uno de los consultados dice que hoy es posible encontrar oficinas en el sector del barrio El Golf en Las Condes, uno de los más exclusivos de Santiago, a 0,49 UF, sin problemas de seguridad.
No obstante, según quienes participan en la colocación del edificio de Telefónica se destaca que este inmueble está en una zona muy central, con acceso a buena locomoción, por lo que la apuesta es que se logrará arrendar todas las oficinas disponibles. Confianza hay de sobra.
La administración de Movistar -se asegura- no tiene apuro en vender el edificio: esperarán una propuesta que se acerque a sus pretensiones, las que rondan los US$ 110 millones.
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