“Estudiantes pusieron las preguntas, pero el gobierno no ha respondido”

Por Gonzalo Cerda Milla





Es quizás uno de los expertos que más sabe de educación en Chile y puede hablar con propiedad respecto de un conflicto que acaparó la atención del país y el mundo, y que transcurridos ya once meses desde su estallido, aún permanece latente.

A juicio de Patricio Meller, académico de la Universidad de Chile -y quien encabezará la Comisión Trabajo y Equidad, convocada por la ex presidenta Bachelet, que entregó un informe orientado a la superación de la pobreza en 2008- el fenómeno educacional se ha mantenido en un modelo, una lógica, que domina la visión conceptual de mercado y que han tenido los gobiernos. “El mercado plantea que es más eficiente descentralizar la toma de decisiones, no hay una guía, no hay un Estado que dirija para donde va la cosa en educación”, enfatiza.


- ¿Qué es lo que se puede esperar del conflicto estudiantil este año?


- Con la discusión presupuestaria se eludió la discusión de fondo que estaban planteando los estudiantes y que se puede dividir en dos grandes bloques, uno que es la triología que le afecta directamente a ellos de aranceles, calidad y equidad, y el segundo gran bloque tiene que ver con la pregunta más de fondo respecto de la institucionalidad de la educación superior, ¿qué tipo de universidad requiere la sociedad chilena en un mundo globalizado? si tenemos en este momento 60 universidades, 120 Centros de Formación Técnica y uno 40 o 50 Institutos Profesionales, cómo evoluciona el sistema, para dónde va, lo que se llama la arquitectura institucional de la educación superior, lo que sirve para orientar la asignación presupuestaria futura e identificar los requerimientos de recursos y quien los debiera recibir. Eso no está.



- ¿A su juicio, el gobierno ha buscado la forma de corregir esas fallas, en la discusión presupuestaria, por ejemplo?


- Todo lo que vimos en la discusión presupuestaria en noviembre y el en el debate que se ha dado por materia tributaria, muestra que las preguntas de fondo no estaban sobre la mesa, era solo discutir sobre meter un poco más de millones por acá para aumentar becas, créditos, bajar la tasa, pero una visión global para donde va el sistema, lo que los estudiantes estaban planteando eso nunca se discutió.



- ¿Y con la designación del nuevo ministro de Educación?


- Es un cambio importante en ese sentido la designación del nuevo ministro que es alguien que en los últimos 20 años ha estado pensando, escribiendo, investigando y haciendo trabajos en esa dirección, vemos que en una de sus primeras presentaciones se centra directamente en cuáles debieran ser las prioridades. Sólo a nivel universitario está hablando de a lo mejor, dos tipos de universidades, las complejas, que hacen investigación y las universidades docentes, destacando el hecho que una universidad sea docente no significa que sea de segunda categoría, sino que es, simplemente, como reordenar el sistema y redirige los recursos, eso es la base.



- ¿Esa es la respuesta que tiene que entregar el gobierno?


- Los estudiantes pusieron las preguntas, dieron las respuestas equivocadas, pero no es misión de ellos dar las respuestas, el gobierno hasta ahora no ha respondido, no ha dado las respuestas de fondo.



- ¿Hay espacio para respuestas ahora?


- El problema, lo que se come la discusión, lo que consume la atención de la discusión es la coyuntura, el corto plazo, lo más fácil es hacer variantes sobre un asignación histórica, un poquito más para acá, quizás un poquito más para allá, congelemos esta partida, etc. Es lo más fácil sin tener que entrar a la discusión de fondo. Lo que percibo es que lo que pasó el año pasado es que la coyuntura se comió al tratar de generar esa estructura en un largo plazo. El movimiento estudiantil fue conflictivo y generó una situación de desgobierno a nivel de las universidades y también a nivel país.



- ¿El ministro Beyer tiene el apoyo necesario para avanzar este año en estas soluciones?


- Eso no lo sé, porque esto no depende solo de él, también de que el gobierno y el Parlamento empiecen a pensar el problema educacional como algo de largo plazo, en lo cual hay poca rentabilidad en corto plazo pero hay que tener una visión de largo aliento si es que queremos que el país sea competitivo y se inserte bien en el mundo global donde los cambios son muy grandes.