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¿Eres cliente nuevo?
REGÍSTRATE AQUÍInversionistas y analistas muestran escepticismo respecto de la eficacia del plan del gobierno estadounidense.
Por: Equipo DF
Publicado: Martes 15 de julio de 2008 a las 05:00 hrs.
A esta altura parece que nada es capaz de detener la avalancha de la
crisis hipotecaria, ni siquiera una garantía del gobierno de Estados
Unidos. A pesar de que las autoridades anunciaron el domingo un plan de
rescate para las financieras Fannie Mae y Freddie Mac, el pánico se
prolongó ayer entre inversionistas y expertos.
Después de un
entusiasmo inicial, las mayores empresas financieras de Estados Unidos
reanudaron su caída por temores a que las medidas serán insuficientes
para evitar la debacle.
Fannie y Freddie son responsables de
financiar casi la mitad de los créditos hipotecarios por US$ 12
billones (millones de millones) de la nación y son vistas como un
factor clave para resolver la peor recesión del sector inmobiliario
desde la Gran Depresión.
Las acciones de Fannie y Freddie
cayeron 5% y 8% respectivamente ayer, acumulando una baja de casi 40%
desde comienzos de la semana pasada. En lo que va del año, Fannie ha
perdido 74% de su valor mientras que la capitalización de Freddie se ha
reducido 78%.
El Departamento del Tesoro anunció el domingo que
impulsará una iniciativa para aumentar las líneas de crédito de ambas
empresas por sobre su nivel actual de US$ 2.250 millones cada una y
comprar acciones para fortalecer sus posiciones financieras si llegan a
necesitarlo. Mientras que la Reserva Federal ofreció permitirles
levantar financiamiento a las mismas tasas que cobra a los bancos por
préstamos directos.
La medida de la Fed repite un plan de
emergencia para salvar del colapso a Bear Stearns, implementado por el
banco central en marzo.
Su “continua fortaleza es importante
para mantener la confianza y estabilidad en nuestro sistema financiero
y nuestros mercados financieros”, dijo el secretario del Tesoro, Henry
Paulson, en un comunicado.
No evitaría el colapso
Pero
todo este esfuerzo no calmó a los inversionistas y generó críticas de
que nuevamente los contribuyentes terminarán pagando por los abusos de
las empresas privadas.
Merrill Lynch advirtió que ambos gigantes
hipotecarios seguirán incurriendo en pérdidas por varios años y podrían
necesitar capitales adicionales. “La mera posibilidad de inversiones
directas en Fannie y Freddie sugiere una cautela adicional, según
nuestro punto de vista, ya que el apoyo institucional va en desmedro de
los accionistas”, dijo el analista de Merrill, Kenneth Bruce.
Un reporte de Goldman Sachs, en tanto, advirtió que la intervención del gobierno no marcará un punto de inflexión en la crisis.
El
multimillonario y gurú de las finanzas, George Soros, pronosticó que el
incidente que afectó a las firmas “no será el último”, mientras que su
ex socio, Jim Rogers, calificó el rescate como un desastre y apostó a
que de todas formas las empresas terminarán colapsando. Rogers señaló
que las compañías ya son insolventes en la práctica, algo que advirtió
también la semana pasada el ex gobernador de la Fed, William Poole.
IndyMac colapsó bajo masiva corrida bancaria
Las autoridades de Estados Unidos suspendieron el sábado las
operaciones del banco IndyMac. Aunque muy inferior a Freddie Mac y
Fannie Mae, su colapso representa la segunda mayor compañía financiera
intervenida en la historia de Estados Unidos y la noticia aumentó los
temores sobre la magnitud de la crisis.
El banco colapsó luego de
que especulaciones sobre la falta de liquidez desataran una corrida
bancaria entre sus clientes, que retiraron
US$ 1.300 millones en un lapso de apenas once días.
Las
dificultades para conseguir nuevo capital aumentaron debido a las
declaraciones del senador demócrata Charles Schumer, de que la quiebra
sería inminente.
Los clientes hacían fila ayer para retirar su
dinero de las sucursales de IndyMac Federal Bank, entidad que actuará
como sucesora del colapsado banco y que inició sus operaciones a media
mañana bajo la administración de la Corporación Federal de Seguros de
Depósitos (FDIC).