El mercado del arte florece en Argentina con cuadros que se pagan en pesos y 12 cuotas

Desde que se inició el control cambiario, hace casi un año, la cantidad de compradores de arte se incrementó un 40%, motivados por la pesificación del mercado.

Por: | Publicado: Lunes 1 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
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“Entre comprar papel pintado por la Reserva del Tesoro de los Estados Unidos, prefiero comprar papel pintado por artistas. De hecho, según Fortune, desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, el arte fue la mejor inversión del mundo”, revela Ignacio Gutiérrez Zaldívar, director de la galería Zurbarán.

Desde que se inició el control cambiario, a fin de octubre del año pasado, la cantidad de compradores de arte se incrementó un 40%, motivados por la llegada de la pesificación al mercado. Esta fue una decisión de las galerías, para captar el exceso de pesos en poder del público. Además, lograron atraer a nuevos compradores, la mayoría abogados, escribanos, arquitectos, empresarios de la construcción, metalúrgicos e industriales de entre 35 y 55 años, que ven al arte como una manera de tener dolarizado el portfolio.

Al igual que lo sucedido en la devaluación del 2002, se trata de gente nueva que entra al circuito y queda enganchada con la posibilidad de pagar en doce cuotas. Maximiliano Ares, director de la Galería Azur, detalla que en cada subasta se venden unas 80 obras, y antes los que compraban eran una veintena de personas, mientras ahora son una treintena, que buscan en esta alternativa un refugio económico. “Durante el 2011, las subastas de artistas argentinos recaudaron 
US$ 20 millones y se estima que esta cifra crezca un 25% este año”, calcula Ares.

De acuerdo al índice Zurbarán, realizado desde hace 36 años en base a 25 artistas contemporáneos y 25 fallecidos, los precios de los cuadros suben un 12% anual en dólares, aunque hay casos que sobrepasan por lejos esta ganancia y otros no tanto.

Para evitar pérdidas, Gutiérrez Zaldívar ofrece una garantía de recompra de por vida por al menos el mismo precio al que fue vendida la pintura, aunque sólo el 6% de los compradores se lo piden. “Ojalá me revendieran todos, porque luego esa gente se convierte en mi mejor fuente de propaganda. Otra de las ventajas del arte es que no tiene ningún costo de entrada. En el caso de las propiedades, uno tiene la comisión inmobiliaria para la compra y para la venta, más la escritura y el impuesto a los sellos, mientras los autos se desvalorizan a través del tiempo”, destaca el dueño de Zurbarán, quien compró su primer cuadro a los 14 años.

Uno de los grandes negocios de las galerías en la actualidad es el alquiler y leasing de obras de arte a grandes compañías, estudios de abogados y hoteles cinco estrellas. La ventaja para el marchand es que no debe ocupar depósito para almacenarlo ni pagar un seguro, mientras que empresa que lo tiene se convierte en la mejor agencia de publicidad para el cuadro.

Por la renta durante un año de diez cuadros de $ 50.000 
(US$ 10.600 al tipo de cambio oficial) cada uno se puede cobrar un total de $ 30.000 (US$ 6.400) más IVA; o sea, el 6%. Pero no existe vocación de realizar colecciones en las empresas, sino a título personal de sus dueños, como el caso de Amalita Fortabat y Carlos Blaquier.


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