Con atención analizan los expertos los efectos del reajuste de 10,4% en el salario mínimo, acordado el lunes entre el Ejecutivo y los trabajadores.
Esto, ya que a diferencia de años anteriores, los niveles de inflación registrados y la incertidumbre sobre su evolución futura, juegan un papel fundamental a la hora de evaluar el impacto de esta medida sobre la economía.
El economista Patricio Rojas plantea que la gran preocupación que surge por el aumento en el salario mínimo -que pasó de $ 144 mil a $ 159 mil- es que “negociar por inflación pasada es un retroceso, pues puede producir un efecto demostrativo hacia el resto de la economía”. Esto, explica, en un período en que es clave mantener la confianza en la meta inflacionaria.
Asimismo, sostiene que actualmente las proyecciones de inflación para mediados de 2008 están cerca de 4,5%, por lo que esta alza de 10,4%, en términos reales, sería de cerca de 5%.
Por su parte, el economista del Instituto Libertad y Desarrollo, Tomás Flores, sostiene que aunque “este ajuste debía contener parte del error de estimación de la inflación de este año, el aumento mostrado por el desempleo podría haber empujado a una cifra menor”. En este sentido, plantea que una cifra entre 7% y 8%, habría sido lo más prudente.
Sin embargo, afirma que el mayor problema es el impacto que esta alza tendrá en el desempleo de los jóvenes entre 18 y 24 años, el rango etáreo con mayor desocupación.
En esta línea, el economista de la Universidad de Chile, David Bravo, asegura que “es urgente” avanzar en un salario mínimo diferenciado para ese tramo de edad, “a quienes les aprieta mucho el monto actual”. Para el promedio de los trabajadores el alza de 10,4%, “me parece bien, considerando la alta inflación y por haber logrado un acuerdo en momentos de incertidumbres”, sostiene.
En tanto, el economista jefe de LarraínVial, Leonardo Suárez, dice que el alza “es negativa para las personas jóvenes que no tienen calificación. Hay empresas que están dispuestas a pagar menos que el mínimo y no van a poder contratar”.
Inflación
El ex asesor de Hacienda, Luis Eduardo Escobar, afirma que el acuerdo alcanzado “es razonable” y no ve mayores efectos inflacionarios. “No me parece que el costo de la mayor inflación lo paguen los asalariados, especialmente los que reciben menos”, indica Escobar y agrega que gran parte de esta alza ya estaba internalizada en las expectativas de inflación. Rojas asevera que “claramente este reajuste no es algo que ayude al Central a anclar las expectativas” y que hay que ver el efecto que tendrá en el sector privado.
En una línea similar, Suárez agrega que el reajuste “refleja un poco cierto mecanismo de indexación de la inflación a los salarios, lo que no creo que sea positivo.”