El primer golpe de confianza que el ahora presidente interino de Brasil, Michel Temer, debía dar para impulsar su administración llegó al mediodía de ayer. Minutos después de que asumiera oficialmente la conducción del gobierno, su equipo dio a conocer la lista de ministros que compondrán el nuevo gabinete.
El cambio más notorio fue una reducción en el número de carteras que bajaron de 32 a 23. Temer también creó un Ministerio de Fiscalización, Transparencia y Control (que reemplazará a la Contraloría General de la Unión) y restauró el estatus ministerial del Gabinete de Seguridad Institucional.
En el puesto clave de Hacienda ubicó a Henrique Meirelles, un ex presidente del banco central que goza de mucho respeto entre los economistas y da garantías a los inversionistas, mientras que al mando de la autoridad monetaria puso a otro hombre de los mercados, Ilan Goldfajn.
Balance de poder
Para su equipo, reclutó personas de trayectoria política y diversidad de partidos. Temer es un reconocido negociador político con amplia experiencia parlamentaria, que conoce la importancia de mantener los equilibrios entre el gobierno y el Congreso.
En una concesión a sus nuevos aliados, Temer designó al ex candidato presidencial José Serra, quien perdió contra Lula da Silva en 2002 y contra Rousseff en 2010, como ministro de Relaciones Exteriores.
Serra fue secretario de Economía y Planificación en Sao Paulo en los ‘80 y llegó al senado en 1995 por el PSDB, partido en el cual milita. En el gobierno de Cardozo, ocupó los ministerios de Salud, Planificación y Presupuesto. Esta es la cuarta vez que deja un puesto en el Senado para asumir un cargo en gobierno.
Durante sus campañas, Serra se caracterizó por su discurso contrario al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, a quien acusó de amparar a guerrilleros de las FARC. La designación sugiere un cambio en la posición internacional de Brasilia, que en la última década se había mantenido como un decidido aliado de Caracas y la expansión de su programa bolivariano en la región.
Desafíos olímpicos
Ronaldo Nogueira, del PTB, también jugará un papel vital en la nueva administración. El nuevo ministro del Trabajo tendrá bajo su responsabilidad liderar los planes de recuperación del empleo que Temer lanzó ayer como una de sus prioridades.
Algo similar le espera a Alexandre de Moraes, del PSDB, encargado de la cartera de Justicia, que deberá lidiar con la mayor investigación por corrupción en la historia del país, que complicó a la administración de Rousseff y que también afecta a miembros del nuevo gobierno.
Con el inicio de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, programados para el 5 de agosto, los nuevos ministros de Deporte, Leonardo Picciani, del PMDB y su par de Turismo y compañero de partido, Henrique Alves, enfrentan los desafíos más inmediatos.
CAMBIOS EN EL BANCO CENTRAl
La próxima semana, el gobierno de Temer enviará una propuesta de enmienda constitucional para crear un fuero privilegiado para el presidente del banco central; con esa medida, buscará resolver la pérdida del estatus de ministro que el cargo tenía desde 2004.
Hasta ese momento, se mantendrá en el puesto el actual presidente, Alexandre Tombini. No obstante, a partir de la próxima semana, la institución quedaría en manos del economista Ilan Goldfajn, quien se desempeñó como director de política económica del órgano emisor entre 2000 y mediados de 2003.
Hoy es economista jefe de Itaú Unibanco. Antes, entre 1996 y 1999, trabajó en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ha sido consultor de otras instituciones internacionales como la ONU y el Banco Mundial. Es socio fundador de Inversiones Ciano y socio de Inversiones Gávea. Su principal misión será recuperar la credibilidad de la política monetaria.
Henrique Meirelles liderará desde Hacienda un complejo ajuste fiscal
Durante semanas, los encuentros furtivos entre el hoy presidente interino de Brasil, Michel Temer, y el ex presidente del banco central Henrique Meirelles remecieron la bolsa brasileña. La reacción era natural: el economista es recordado por su gestión en el banco central de Brasil entre 2003 y 2010, donde lideró un ciclo exitoso de reducción de intereses, una inflación controlada y una expansión continua del PIB: entre el inicio y el fin de su período, la tasa de interés pasó de 25% a 10,75% y la inflación cayó de 12,53% a 5,91%.
Su nombre ayudó a romper la resistencia de los inversionistas ante el gobierno del Partido de los Trabajadores. Tras casi cinco años y medio apartado de la vida política, Meirelles recibe la billetera fiscal en la peor recesión en casi un siglo.
Conocido por una visión liberal y ortodoxa, la administración espera que su retorno al gobierno ayude, una vez más, a restaurar la confianza en el mercado. La tarea principal es liderar uno de los mayores ajustes fiscales que haya visto Brasil en déca das. Medios brasileños esperaban dureza y habilidad política para aprobar reformas: limitar el gasto público y modificar las pensiones.
Según una publicación de Folha de Sao Paulo, el nuevo ministro apuntará a lograr un superávit primario en dos años y a garantizar una caída en la deuda pública. Meirelles ha asegurado que no ve necesidad de modificar los programas sociales del gobierno. Antes de su llegada a Hacienda, Meirelles estaba al frente del Banco Original, del grupo JBS. Anteriormente, se había desempeñado como presidente internacional del BankBoston.
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