Con el pie izquierdo comenzaron a delinearse las reformas que impulsará el nuevo gobierno de Brasil, liderado por el presidente interino Michel Temer, luego de que la presidenta Dilma Rousseff fuera apartada del cargo y sometida a un juicio político.
El gobernante convocó ayer a dirigentes sindicales para hablar de los cambios que evalúa en el sistema previsional, luego de la preocupación que generaron declaraciones de sus ministros durante el fin de semana.
Los titulares de Hacienda, Henrique Meirelles, y de la Casa Civil, Eliseu Padilha, dejaron entrever que el gobierno incluiría la adopción de edad mínima y el aumento del período de contribución.
“Creemos que la situación de las previsiones no está tan mal como piensa el gobierno”, dijo el presidente de Fuerza Sindical, diputado Paulo Pereira da Silva, quien fue uno de los líderes del proceso de impugnación contra Rousseff y criticó que el gobierno lanzara propuestas sin antes consultar con los trabajadores.
Al llamado de Temer no acudieron la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Central de Trabajadores de Brasil (CTB), ambas cercanas al Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Rousseff y que gobernó el país más poblado de Latinoamérica durante trece años, hasta la semana pasada.
La presión sindical se siente prácticamente desde que Temer asumió el gobierno. Cuatro centrales entregaron al gobernante un documento en el que solicitan, entre otras cosas, que no se supriman los beneficios a los pensionados. En él piden “la implementación de una política de desarrollo nacional, cambios en la política económica, adopción de políticas de creación de empleo, mantención y ampliación de los programas para disminuir las desigualdades sociales, fortalecimiento de la política de valorización de salario mínimo como forma de distribuir los recursos”, entre otras medidas.
Equipo económico
La contingencia y los roces con las organizaciones sindicales retrasaron hasta hoy el anuncio del equipo económico. Durante el fin de semana, se conocieron algunos de los nombres que lo compondrán: al de Ilan Goldfajn, quien presidirá el banco central, se suma Tarcisio Godoy, quien asumirá la secretaría ejecutiva de la cartera. Según el diario brasileño Valor, entre los asesores del ministerio estarán Carlos Hamilton (ex director del banco central y ejecutivo del grupo J&F), Marcos Mendes, consultor del Senado y Mansueto Almeida, consultor del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA).
La primera misión del nuevo equipo será aclarar la situación de las cuentas fiscales dejadas por la administración de Rousseff, quien enfrenta un juicio ante el Senado acusada de violar la Ley de Responsabilidad Fiscal y esconder el déficit.
El control de gasto será otra de las prioridades. En una entrevista televisiva, Meirelles aseguró que no se tocarán los programas fiscales, sino los salarios de “determinados tipos de funcionarios”. Añadió que el problema de Brasil está en la confianza. “Tenemos que entender qué causó el aumento del desempleo: las empresas están vendiendo menos, produciendo menos y, por lo tanto, despidiendo. Tenemos que reactivar la economía”.
El gobierno también evalúa elevar la carga tributaria y revivir la Contribución Provisoria sobre Movimientos Financieros (CMPF), un impuesto derogado en 2007 que afecta a las transacciones bancarias. La medida ya había sido evaluada por la administración de Rousseff.
En televisión, el ministro Meirelles sentenció que “tenemos prisa. Tenemos que tomar medidas fuertes”.
Canciller argentina: "Si Brasil no funciona, es desesperante para Argentina"
"Yo siempre digo que necesitamos a un Brasil fuerte, con instituciones fuertes, que funcione. Si Brasil no funciona es desesperante para nosotros por la interdependencia que tenemos". Con esas palabras, la canciller argentina, Susana Malcorra, puso de relieve los efectos en su país que tiene la crisis política y económica de la nación vecina.
En declaraciones publicadas por el diario Clarín, Malcorra dijo que la situación brasileña "ya afectó" a Argentina. "En la medida que esto se prolongue y como pareciera ser se lleve todo el año 2016, afecta enormemente a Brasil y nos afecta enormemente a nosotros".
Sobre los términos del impeachment, la autoridad insistió en la visión oficial de que "el proceso que se ha seguido es un proceso que, desde lo formal, no se puede decir que no siguió la legalidad", pero señaló que "uno se puede preguntar si siguió la legitimidad, que es lo que genera esta incomodidad para muchos".
La autoridad señaló que "habiendo definido el Senado como lo definió, a nosotros nos pareció que no quedaba otra alternativa que hacer un reconocimiento, apelando siempre a que las instituciones tienen que funcionar en su totalidad". Reafirmó que la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff "no tiene nada que ver con la cláusula democrática" a partir de "cómo se manejó el proceso".
Sobre un posible liderazgo argentino ante la debilidad de Brasil, la autoridad dijo que "me cuesta mucho generar la noción de Argentina ganando espacios a partir de que Brasil los pierda".
Moody's: JJ.OO. no salvarán a Brasil
Los Juegos Olímpicos que se celebrarán en agosto en Río de Janeiro no ayudarán mucho a la alicaída economía de Brasil, según un informe de Moody's Investors Service.
Los analistas liderados por Barbara Mattos estiman que sólo un grupo de compañías verán los beneficios: la actividad del comercio minorista y gasto de monedas extranjeras podrían beneficiar a la procesadora de pagos Cielo, así como a empresas de servicios como Localiza Renta Car y Latam.
No obstante, aseguró que los juegos no tendrán efecto en la calificación crediticia de Brasil y que la economía se contraerá 3,7% este año.
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