El presidente francés, Nicolas Sarkozy,
señaló hoy que los préstamos que el Estado hizo a los bancos para
hacer frente a la crisis de liquidez finalmente le han reportado
2.000 millones de euros (US$ 2.883 millones) en intereses, que se dedican a medidas
sociales y a inversiones para el futuro.
"Había prometido que el plan de salvamento de la banca no
costaría nada a los franceses", subrayó Sarkozy en un discurso en el
que hacía balance de su acción económica durante el pasado año, y
que dedicó a justificar su política por los resultados obtenidos.
Así, insistió en que "todo el mundo lo reconoce, Francia ha
resistido mejor que los demás" grandes socios europeos, y aunque
reconoció que la recesión sufrida no le satisface, puso el acento en
que "desde hace seis meses ha vuelto el crecimiento" y en que "en
2009, pese a la crisis el poder adquisitivo siguió progresando", al
contrario de lo que ocurría en la zona euro como conjunto.
Además, reiteró su posición en contra de "cualquier aumento de impuestos"
teniendo en cuenta que Francia tiene una tasa de imposición "de las
más elevadas de Europa, siete puntos superior a la de Alemania", y
que ése es el principal problema de la competitividad del país.
Por eso avanzó, de cara a la conferencia que ha convocado para
finales de mes para combatir el déficit público, que "la solución es
disminuir el gasto público", que representa "la mitad de nuestra
riqueza nacional", es decir, "diez puntos más (de PIB) que
Alemania", el constante referente.
El jefe del Estado francés insistió en mantener la regla de no sustituir
a uno de cada dos funcionarios que se jubilan, lo que ha conducido a
reducir en 100.000 el número de empleados públicos en los dos años y
medio que lleva en el puesto.
También volvió a la carga con su idea de que "el mal francés" es
"la ilusión de que se podría disminuir el paro repartiendo el
trabajo", en una referencia clara a la ley de 35 horas semanales,
uno de los proyectos estrella del Gobierno de izquierdas del
quinquenio 1997-2002.
"Mi prioridad es rehabilitar el trabajo" después de haber vaciado
de su contenido las 35 horas, ya que "el problema en Francia no es
que se trabaje demasiado, sino que no se trabaja lo suficiente", dijo el mandatario.
En una línea similar, criticó a los que sostienen que "el
decrecimiento sería la única solución para salvar el medio
ambiente", que a su juicio es "una ilusión, como la del reparto del
trabajo", e insistió en que "la riqueza crea riqueza".
Sarkozy será, el próximo día 27, el primer presidente francés que
acuda al Foro Económico Mundial de Davos, y además, se encargará de
la apertura de la conferencia con un discurso que, según explicó el
Elíseo, tratará sobre el mundo después de la crisis y la regulación
de los mercados financieros.