Isolcork adapta corcho proyectado a la realidad chilena para aplicación en construcción
Por: Equipo DF
Publicado: Miércoles 15 de enero de 2014 a las 05:00 hrs.
Entre 2010 y 2013 el ingeniero comercial Mario Palma y su hermano, ingeniero constructor, Pablo Palma, eran representantes de una firma española de corcho proyectado, un material que combina corcho molido con resinas que generan una pasta que se inyecta con máquinas y que se utiliza principalmente en construcción, industria y minería.
A poco andar, se dieron cuenta que este producto no respondía a las necesidades locales, debido a que presentaba problemas “de resistencia a los rayos UV, de impermeabilidad y de redimimiento de costos”, sostiene Mario Palma.
Por esta razón, en 2011 iniciaron un proceso de investigación y adaptación de este material a la realidad chilena, con el fin de desarrollar un prototipo comercial. Para ello, se adjudicaron $ 10 millones de Innova Biobío y contaron con el apoyo de un laboratorio especializado que fue validando técnicamente el producto en cada una de sus etapas.
Tras dos años de investigación, desarrollaron un prototipo que subsana las falencias del corcho proyectado estándar. “Logramos obtener un mejor rendimiento, bajando los costos de producción y de venta en un 30%”, comenta Palma. Además, lo hicieron más resistente a los rayos UV de Chile y a las condiciones climáticas de lluvia de algunas zonas geográficas de nuestro país.
Entre las propiedades de este material ecológico y sustentable por sus componentes, destacan que es “económico, no es inflamable, es un excelente aislante, evita grietas, se instala en un día y requiere mantenimiento a largo plazo”.
En julio de 2013, Isolcork, como se llama la empresa, se adjudicó un capital semilla línea 2 de Innova Biobío para iniciar la fase de producción del producto. Y en noviembre de ese mismo año iniciaron la comercialización del primer corcho proyectado adaptado y fabricado en Chile, un proyecto que demandó una inversión total de $ 100 millones, de los cuales el 40% fue financiado por capitales propios.
Palma adelanta que actualmente están en etapa de “levantamiento de capital”, para expandirse a Perú y Colombia, para lo cual están trabajando con ProChile.
A poco andar, se dieron cuenta que este producto no respondía a las necesidades locales, debido a que presentaba problemas “de resistencia a los rayos UV, de impermeabilidad y de redimimiento de costos”, sostiene Mario Palma.
Por esta razón, en 2011 iniciaron un proceso de investigación y adaptación de este material a la realidad chilena, con el fin de desarrollar un prototipo comercial. Para ello, se adjudicaron $ 10 millones de Innova Biobío y contaron con el apoyo de un laboratorio especializado que fue validando técnicamente el producto en cada una de sus etapas.
Tras dos años de investigación, desarrollaron un prototipo que subsana las falencias del corcho proyectado estándar. “Logramos obtener un mejor rendimiento, bajando los costos de producción y de venta en un 30%”, comenta Palma. Además, lo hicieron más resistente a los rayos UV de Chile y a las condiciones climáticas de lluvia de algunas zonas geográficas de nuestro país.
Entre las propiedades de este material ecológico y sustentable por sus componentes, destacan que es “económico, no es inflamable, es un excelente aislante, evita grietas, se instala en un día y requiere mantenimiento a largo plazo”.
En julio de 2013, Isolcork, como se llama la empresa, se adjudicó un capital semilla línea 2 de Innova Biobío para iniciar la fase de producción del producto. Y en noviembre de ese mismo año iniciaron la comercialización del primer corcho proyectado adaptado y fabricado en Chile, un proyecto que demandó una inversión total de $ 100 millones, de los cuales el 40% fue financiado por capitales propios.
Palma adelanta que actualmente están en etapa de “levantamiento de capital”, para expandirse a Perú y Colombia, para lo cual están trabajando con ProChile.
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