Una semana ha pasado desde la inédita decisión del Banco Central de
actualizar las principales proyecciones económicas contenidas en el
Informe de Política Monetaria (IPOM) de septiembre y las repercusiones
se siguen sintiendo en los mercados.
La visión de una menor
inflación y una desaceleración más profunda de la actividad en 2009
hizo que muchos expertos entendieran las nuevas cifras como un anticipo
de una inminente reducción del tipo rector en diciembre.
Sin
embargo, el gerente de la División de Estudios del Banco Central, Pablo
García -en la primera entrevista de un miembro del instituto emisor
tras la actualización- sostiene que en el escenario más probable el
recorte no se producirá tan rápido.
El experto sostiene que no
haber seguido subiendo la tasa en octubre y noviembre ya es un cambio
“drástico” en la conducción de la política monetaria y que responde a
las nuevas perspectivas sobre la inflación.
García reconoce que
el alza en el valor del dólar puede generar presiones en el corto
plazo, pero más adelante éste debería volver a un precio menor.
Sobre
la evolución de la actividad, el economista del MIT afirma que la
institución no tiene contemplada una recesión y que gran parte del
impulso en 2009 vendrá dado por los rubros ligados a los recursos
naturales.
- ¿Qué señal se quiso dar con el cambio en las proyecciones del IPOM?
-
El punto básico de este cambio de proyecciones es el siguiente: el
Banco Central no hace proyecciones porque sí, sino que lo que uno
quiere comunicar en los IPOM es cuál es el curso más probable de la
política monetaria y cuáles son los riesgos asociados. En el IPOM de
septiembre había un cierto mensaje de cuál era el curso más probable y
los riesgos, pero a poco andar, en septiembre y principios de octubre,
se materializó un escenario internacional que era muy cercano a los
escenarios de riesgo que nosotros habíamos contemplado. Por lo tanto,
el mensaje que estaba en el IPOM de septiembre no era el más apropiado.
Esto siempre ocurre, finalmente las proyecciones sirven como un marco
pero, en esta ocasión, debido a la magnitud del cambio, lo que el
Consejo consideró prudente era actualizar las proyecciones para
justamente dar una visión actualizada de cuál era el curso más probable
de la política monetaria en el corto plazo.
- ¿Cuál es el mensaje concreto de esta actualización?
-
En el IPOM de septiembre el mensaje era que el escenario más probable
tendría alzas de tasas, incluso por sobre lo que esperaba el mercado.
En esta ocasión, el curso más probable es que en el corto plazo la tasa
se mantenga en el nivel actual.
- La primera lectura del mercado
al leer las proyecciones era que el Central bajaría la tasa en
diciembre y ustedes dicen que lo más probable es que se mantengan...
-
En el corto plazo. Lo que ocurre aquí es que esto es una actualización
del escenario del IPOM, no es un escenario completamente nuevo de
proyecciones con un mensaje de política monetaria de mediano plazo,
porque no tenemos todo el conjunto de proyecciones ya que éste no es un
IPOM. En el IPOM de enero, cuando se haga la revisión completa podremos
dar una visión de mediano plazo respecto de cuál es la conducción de la
política monetaria y cuáles son los riesgos asociados.
- Pero si no se iba a mover la tasa, ¿por qué no esperaron hasta el IPOM de enero para cambiar las proyecciones?
-
Porque consideramos que era pertinente, ya que la magnitud del cambio
en el escenario internacional era de magnitud suficiente como para
requerir hacer la actualización interna y tener una visión de cuál es
la visión de la política monetaria en el corto plazo. Pero no tiene
mucho sentido que nosotros internamente tengamos un diagnóstico
claramente distinto al IPOM si no lo hacemos público.
-¿Qué está detrás de esta baja en la estimación de inflación?
-
Con este nuevo escenario internacional, que implica menos crecimiento y
menos precios de commodities hay un elemento de contribución a la
desinflación que es bastante más significativa de la que nosotros
podríamos haber pensado en septiembre. Ese fenómeno indudablemente que
ayuda a que la inflación disminuya de manera más rápida en 2009 y 2010.
- Si el escenario ya se ve más positivo, ¿por qué no se empieza a bajar la tasa en diciembre?
-
La trayectoria de tasas que nosotros hemos tenido y que hemos
implementado en los últimos dos meses es radicalmente distinta a la que
teníamos en el IPOM, estamos ahora con tasas que pueden ser 75 ó 100
puntos base por debajo de las que suponíamos en septiembre que íbamos a
tener en esta fecha. El solo hecho de mantener la tasa de política y no
subirla más de lo que esperaba el mercado en septiembre es un cambio
muy drástico en la conducción de la política monetaria.
Próximos recortes
- ¿De todas formas deberían empezar los recortes luego?
-
El mercado y los analistas esperan recortes de tasa en el mediano
plazo, pero cómo incorporamos eso en nuestras proyecciones es un tema
que vamos a discutir en el IPOM de enero, que es el que va a dar la
señal de mediano plazo y en las reuniones de política también vamos
teniendo esta discusión.
- ¿No es más restrictivo hoy el 8,25% en relación a un par de meses, por las menores perspectivas de inflación?
-
Hay que tomar en cuenta que ese 8,25% hay que compararlo con cuál
sería la tasa implícita que nosotros tendríamos hoy si se hubiese dado
el escenario de septiembre, donde hubiésemos tenido más inflación y
mayores tasas, ahora tenemos menos inflación y también tenemos menos
tasa. El diagnóstico es que este nivel es el adecuado para conducir la
inflación en este curso de convergencia a la meta.
“Vamos a ser capaces”
- ¿Cómo evalúa la reacción del mercado?
-
Frente al gran cambio en el escenario internacional es una reacción que
parece ser bastante sensata y saludable, en términos de que justamente
lo que uno espera desde el punto de vista de la estabilización
macroeconómica es que, frente a un shock externo negativo, que reduzca
el crecimiento, que sea de magnitud importante, con menores precios de
commodities que incidan en la economía local, nuestros mercados
financieros prevean que vamos a ser capaces, con las políticas macro,
de amortiguar este shock externo y no de amplificarlo. Ese es el gran
desafío. Y la reacción del mercado ha revelado que cree que vamos a ser
capaces de amortiguar este shock externo.
- Luego de ver las grandes variaciones en la inflación, ¿existe esa capacidad?
- Esas magnitudes de volatilidad pueden amortiguarse, pero no pueden matarlas completamente.