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Contexto económico para una reforma tributaria

LUIS LARRAÍN Libertad y Desarrollo

Por: LUIS LARRAÍN | Publicado: Martes 12 de julio de 2022 a las 04:00 hrs.
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LUIS LARRAÍN

La economía mundial se encuentra en medio de una racha inflacionaria inédita en las últimas décadas. Estados Unidos, con una tasa anual de 8,6%, registra el valor más alto desde 1981 y Europa exhibe tasas similares. Las autoridades de la FED, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, en una semana, han coincidido en que el ajuste monetario será severo, dando a entender que correrían el riesgo de sobre ajustar las economías, pero no de tolerar el aumento sostenido en el nivel general de precios.

Por primera vez en mucho tiempo se empieza a hablar de recesión mundial. En Estados Unidos el PIB del primer trimestre se contrajo 1,6%, alimentando esos temores.

“Hacienda parece estar en una trampa. Las condiciones de la economía mundial y la propia dinámica que introducen las reformas del Gobierno configuran una reforma tributaria macroeconómicamente inviable”.

En materia de inflación los países emergentes siguen las mismas aguas, ante aumentos en los precios de los alimentos y la energía. Como suele ocurrir en estas crisis, el dólar se fortalece y se deprecian las monedas de países que tienen menos posibilidades de moverse en escenarios como el actual. En el último mes el peso chileno, con un 11%, es la moneda que más se ha depreciado en el mundo y ya tocó los 1.000 pesos.

Nuestro país tiene, además de la economía mundial, sus propias razones para que ello ocurra. La incertidumbre en las reglas del juego y el deterioro del atractivo para invertir en Chile están instalados por el proceso constitucional que vivimos y se han agravado por la gestión del Gobierno del presidente Boric. De hecho, diferentes informes atribuyen un castigo (en relación a sus fundamentos) al tipo de cambio por fenómenos locales.

El castigo fluctúa entre 150 y 200 pesos por dólar. El precio del cobre se vería afectado por una recesión y el déficit en la cuenta corriente se acerca al 8% del PIB. Los últimos indicadores muestran una caída significativa en la inversión en vivienda pese a que el déficit habitacional alcanza sus máximos valores. Las tasas de interés de créditos hipotecarios triplican las de hace un año. La empresa deberá enfrentar próximamente un aumento en el costo previsional de 1,8% del PIB con la reforma de pensiones y una reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, si se aprueba la iniciativa de la diputada Karol Cariola. Así, será difícil que este Gobierno supere el crecimiento en torno al 1% de la segunda administración de Bachelet.

En ese contexto, el ministro Marcel presenta una reforma tributaria que pretende recaudar un 4% del PIB. Se esgrime que esta reforma está en el programa de Boric y proporcionaría recursos para financiar la mitad del costo de éste. Al examinar las cuentas fiscales puede constatarse que, con este nivel de gastos, cabría esperar un déficit fiscal del orden de 2,5% del PIB en cada uno de los próximos años. Con esto es casi seguro que la deuda pública superaría un 45% del PIB, ahondando el círculo vicioso de mayor deuda pública, incremento en el pago de intereses y déficit fiscal.

El ministro Marcel parece estar en medio de una trampa difícil de sortear. Las condiciones de la economía mundial y la propia dinámica que introducen las reformas del Gobierno configuran una reforma tributaria macroeconómicamente inviable, contraria a las prescripciones para la política fiscal en períodos de debilidad del crecimiento, excesivamente optimista en sus metas de recaudación y castigadora del ahorro. La reforma terminaría de desmantelar una estructura tributaria que grava el gasto.

Ojalá el ministro considere este contexto en la magnitud, gradualidad y composición del incremento de la carga tributaria que pretende aprobar.

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