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El desafío de las ONG

Las organizaciones no gubernamentales (ONG) son hoy un componente central del debate público...

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Las organizaciones no gubernamentales (ONG) son hoy un componente central del debate público y del proceso de toma de decisiones. No sólo representan y canalizan intereses de la sociedad civil sino que también, complementan las acciones de los sectores gubernamentales y de negocios y desarrollan funciones de carácter público, suministrando un amplio espectro de servicios públicos que mejoran la calidad de vida de las comunidades donde se desempeñan y de la deliberación pública.

Al contrario de las obligaciones de las instituciones públicas y privadas en materia de transparencia, la actual legislación chilena no establece obligaciones de transparencia activa a las ONG; esto es, no hay una exigencia legal para que las ONG publiquen de forma permanente y proactiva información básica acerca de su organización, el origen y destino de sus recursos como de su gestión. Este es, sin duda alguna, uno de los principales desafíos que las ONG deben enfrentar, ya que los vínculos que establecen con la ciudadanía son en base a la confianza, y el fortalecimiento de esta confianza pública depende del nivel y grado de transparencia con que funcionen. En este sentido, las ONG deben dar pasos hacia una mayor autorregulación e incorporar prácticas encaminadas a elevar sus estándares de transparencia, así como, instalar prácticas de gobiernos corporativos en sus directorios.

Existen valiosas experiencias comparadas para rendir cuentas a la ciudadanía. Por ejemplo, la “Ensuring Nonprofit Integrity Initiative”, asociación de organizaciones sin fines de lucro de California, lanzó en 2006 una propuesta basada en principios de la Ley Sarbanes-Oxley, con el objetivo de asegurar mayor responsabilidad y eficacia del sector sin fines de lucro. En ella se ha solicitado que las ONG voluntariamente adopten, entre otras, una política sobre conflictos de intereses, conservación de documentos, política de protección al denunciante y que establezcan un comité de auditoría. Otras organizaciones han establecido procesos de certificación para mejorar su rendición de cuentas. A modo de ejemplo, en los Estados Unidos se han creado índices de las organizaciones sin fines de lucro para que los donantes puedan escoger informadamente aquella que les dé confianza. En tal sentido, la Charity Navigation (Asociación de Organizaciones sin Fines de Lucro de EE.UU), analiza la salud financiera de la organización en particular, cómo se utilizan los fondos y si la entidad es sostenible en el tiempo; todo con el fin de que los donantes puedan elegir con conocimiento a qué organización donar dinero. También existe la Iniciativa Internacional para la Transparencia de la Ayuda, la que tiene por objetivo que las empresas publiquen sus donaciones entre otros estándares. En Chile, la Fundación Avina junto a otras organizaciones, han promovido prácticas en este mismo sentido a través del proyecto Transparentemos, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y dicha Fundación.

Hace un par de años, Chile Transparente desarrolló criterios de transparencia mínima para asistir a las ONG a difundir su realidad. Se establecieron 25 estándares los que se basaron en el estudio y análisis de las políticas de rendición de cuentas de importantes ONG del mundo y, posteriormente, se sociabilizaron con un grupo de 22 ONG de la red Avina. A su vez, financiado por esta misma organización, se realizó un estudio sobre los directorios de las ONG en Chile y se se escribió una guía sobre cómo ser un buen director de ONG.

Para reforzar su actual potencia y confianza pública, las ONG debemos profundizar nuestro funcionamiento transparente, rindiendo cuentas y previniendo fraudes y abusos. La rendición de cuentas crea valor para los grupos de interés, otorga legitimidad y apoyo a las ONG. Para ello, se requiere que sus grupos de interés tengan acceso a información veraz, clara, oportuna, y adecuada sobre los programas que implementan, las actividades y las finanzas de la organización. Al ser transparente, la organización abre canales de comunicación con los grupos de interés, construye la confianza, se protege a sí misma y mejora el impacto de sus proyectos.

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