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El peso frente al dólar: no hay sorpresas

Juan Ramón Rallo Economista, Faro UDD

Por: Juan Ramón Rallo | Publicado: Jueves 28 de julio de 2022 a las 04:00 hrs.
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Juan Ramón Rallo

La economía global se halla ante una coyuntura que contribuye inevitablemente a reforzar el valor del dólar.

Por un lado, la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, ha señalizado que pretende combatir la alta inflación que está azotando al país con tantas subidas de tipos de interés como sean necesarias para estabilizar las expectativas de alza de precios en el 2%. En este sentido, cuanto más suban los tipos de interés de los pasivos en dólares, mayor será la demanda internacional de dólares; precisamente para eso se suben los tipos: para esterilizar la oferta de dólares con una mayor demanda. De esta forma, menor será la demanda de otras divisas globales, pues los inversores convertirán euros, yenes, libras y también pesos chilenos en dólares para beneficiarse de los mayores tipos de interés de la Fed, depreciando la moneda local y apreciando al dólar.

“La descomposición e incertidumbre institucional que padece el país también se refleja en la cotización de su moneda”.

Por otro lado, el creciente temor de recesión en buena parte del planeta también alimenta la búsqueda de activos refugio frente a la incertidumbre, y el principal refugio global en momentos de incertidumbre (con el permiso del oro) es el dólar, de modo que aquí hallamos otra razón para su apreciación frente al resto de divisas.

Dada esta complicada coyuntura -si vamos hacia un estallido inflacionista, se refuerza el dólar; si vamos a una crisis deflacionista, también se refuerza el dólar-, no sorprenderá que el peso chileno esté registrando sus mínimos históricos frente al billete verde, y que el dólar llegara a ubicarse por encima de los 1.050 pesos. También el euro, por ejemplo, está marcando su mínimo desde hace 20 años.

Ahora bien, cuesta imaginar que la única razón de la debilidad del peso chileno sea externa: otras divisas de la región también se han depreciado frente al dólar, pero no lo han hecho con tanta intensidad como la chilena. ¿Qué puede estar ocurriendo? Pues lo que está sucediendo es, simple y llanamente, que ahora mismo no concurren otras fuerzas que contrarresten las ventas de pesos contra dólares con compras de pesos contra dólares.

Parte de la explicación de este desequilibrio acaso quepa buscarla en la caída de los precios del cobre: menores entradas de dólares por exportaciones suponen un menor sostén al valor del peso. Pero eso no es todo: pese al abaratamiento de este metal, el cobre sigue estando más caro que durante gran parte de la década pasada.

La otra parte de la explicación, pues, ha de residir en el menor atractivo que tiene Chile para la inversión internacional: tradicionalmente, si el peso se depreciaba, eso constituía una oportunidad para invertir con descuento en un país de oportunidades empresariales, lo que alimentaba la demanda global de la divisa local y contribuía a sostener su valor. Ahora ese sostén no existe, de modo que es más fácil que caiga en barrena.

La descomposición e incertidumbre institucional que padece el país también se refleja en la cotización de su moneda.

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