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Flip flopping

Clemente Pérez Abogado, Máster en Políticas Públicas

Por: Clemente Pérez | Publicado: Viernes 29 de julio de 2022 a las 04:00 hrs.
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Clemente Pérez

Hace pocos meses, el Presidente Boric y sus ministros políticos se opusieron a que los colegios regresaran a clases por causa de la pandemia. Incluso presentaron una acusación constitucional contra el ministro de Educación de la época. Luego recapacitaron: “Los colegios deben ser los últimos en cerrar y los primeros en abrir”, dijo el entonces candidato presidencial Boric. Pero bastó un brote en el invierno, para que fueran los colegios los primeros (y los únicos) en cerrar.

Algo parecido ocurrió con los retiros de las AFP: quienes hoy están el Gobierno antes eran partidarios acérrimos, y ahora opositores a estas iniciativas. Lo mismo después con el proyecto de ley de infraestructura crítica: antes opositores, ahora partidarios. Y también con el estado de emergencia constitucional: antes en contra, ahora a favor.

“Para evitar vaivenes como los que ha mostrado el Gobierno en diversos temas, las democracias han creado instituciones, órganos con procedimientos y fines claros, no asociados a una persona o partido en particular. Es hora de respetarlas”.

Los americanos llaman a estos vaivenes políticos “flip flopping”, algo así como “darse vuelta”. Donde se aplica a rajatabla aquello de “estos son mis principios, y si no les gustan, tengo otros”, frase atribuida a Marx (Groucho eso sí, no Karl).

Para evitar estos vaivenes y con el objeto de establecer políticas de largo plazo, las democracias occidentales han creado instituciones: órganos con procedimientos y fines claros, compartidos, definidos por normas y que adquieren el rol de políticas de Estado, no asociados a una persona o un partido en particular.

Cuando surgió la polémica por el “Gabinete Irina Karamanos”, el Presidente reaccionó bien, corrigiendo lo ocurrido y llamando a cuidar las instituciones. En esa ocasión afirmó lo siguiente: “Para que las instituciones funcionen, como bien dijo el Presidente Lagos en su momento, se requiere que todos las cuidemos y yo siento que hemos sido parte también, y acá lo digo desde una perspectiva autocrítica, de no tener la visión suficiente de los costos de deteriorarlas y ahí hay mucho que aprender”.

Poco tiempo transcurrió, sin embargo, para que se produjera un nuevo vaivén político y una nueva institución fuese agraviada: con poco respeto por un organismo tan importante como el Instituto Nacional de Derechos Humanos, se le pidió la renuncia anticipada a su director, Sergio Micco. Ni siquiera fueron capaces de esperar los 11 días que faltaban para que terminara su período como titular de es entidad. Ya antes Micco había sido víctima de una verdadera humillación, cuando se había negociado la restitución de la sede tomada del INDH sin su participación y él mismo no fue recibido en La Moneda, pese a reiteradas solicitudes.

De nuevo se lesionó a una institución: el INDH, y de paso, se canceló a Sergio Micco, un verdadero referente en la recuperación de la democracia, líder de una generación de estudiantes que defendió como pocos el respeto a los derechos humanos. Humanista cristiano, coherente con sus valores, jugado y valiente, de esos que defienden sus ideas con lucidez, sin violencia, sin pseudónimos en redes sociales, dando la cara y sin importar para donde sopla el viento.

Una manera de proteger nuestra democracia es practicando el respeto por las instituciones y por las personas, más aún si se trata de promover la tolerancia y la defensa a los derechos humanos. No más “flip flopping”, por favor.

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