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Lecciones tras el plebiscito

CLEMENTE PÉREZ Abogado, Máster en Políticas Públicas

Por: CLEMENTE PÉREZ | Publicado: Martes 23 de agosto de 2022 a las 04:00 hrs.
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CLEMENTE PÉREZ

Independiente de cuál sea el resultado del plebiscito de salida (mi intuición es que será más peleado de lo que indican las encuestas), algunas lecciones podemos anticipar de este proceso constituyente y que debiéramos considerar para el proceso siguiente, que se inicia el día 5 de septiembre.

En primer lugar, y salvo que el Apruebo gane por un amplio margen, lo que se ve improbable, los grupos controladores de la Convención se farrearon una tremenda oportunidad. Todos los que votamos Apruebo en el plebiscito de entrada esperábamos tener una Constitución que uniera, que fuera un pacto social, la llamada “casa de todos”.

“La política y los políticos han resucitado en gloria y majestad. La democracia plebiscitaria no resultó tan exitosa, y lo que antes se llamaba despectivamente ‘cocina’, hoy se valora como una negociación legítima”.

Unos queremos rechazarla de plano, y otros (los partidos oficialistas) quieren modificarla. Pero parece que son pocos los que quieren que quede tal cual está.

Segundo: la política y los políticos han resucitado en gloria y majestad. La democracia plebiscitaria resultó no ser tan exitosa: pronto llevaremos dos plebiscitos y seguiremos estando a medio camino. Lo mismo con las iniciativas ciudadanas, luego de que algunas, que fueron respaldadas por cientos de miles de ciudadanos -como “Con mi plata no”-, rápidamente fueron descartadas por los adalides de las iniciativas populares.

Lo que antes se llamaba despectivamente “cocina”, ahora se valora como una negociación válida y legítima de distintos actores. Y serán ellos, gane la opción que gane, quienes deberán echar a andar el proceso normativo que seguirá a continuación de este plebiscito.

Tercero: curiosamente, junto con los políticos, también debiera volver a su justa dimensión la valorización de los técnicos. Los constituyentes fueron criticados muchas veces por no saber bien qué habían votado, o cuando lo hacían en forma poco rigurosa (ej. en la ducha).

Por otra parte, los “tecnócratas” que alertaron sobre los efectos inflacionarios de los retiros fueron criticados: “Les falta calle”, se dijo. Hoy la calle reclama por la inflación y se da cuenta de que esas alertas no eran gratuitas, sino opiniones que debían ser tomadas en cuenta.

Por último, pareciera que también los moderados están recuperando su valía. En la elección constituyente (me toco sufrirlo en carne propia), las posiciones de centro fueron arrasadas. La votación fue polarizada, y las listas más extremas, especialmente de izquierda, tuvieron una clara victoria. La DC sacó un solo constituyente. A sus vecinos del centro político no les fue mucho mejor.

Ahora, sin embargo, los ministros mejor evaluados son ex concertacionistas. Por el lado del Apruebo campean los que “aprueban para reformar”, mientras que en el Rechazo se ha visto un protagonismo claro de los “Amarillos”, “Una que nos Una”, “Centro izquierda por el Rechazo”, y otros movimientos moderados que buscan una nueva Constitución, distinta de la vigente hoy y de la que la Convención nos propone.

Aunque siento que todo este proceso, gane quien gane, ha sido una gran oportunidad perdida, al menos parece que las lecciones aprendidas habrán valido la pena.

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