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Por un capitalismo más consciente

GINA OCQUETEAU Emprendedora

Por: GINA OCQUETEAU | Publicado: Jueves 14 de julio de 2022 a las 04:00 hrs.
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GINA OCQUETEAU

Estuve muy inmersa en los últimos días en la lectura del libro “Capitalismo”, de Jeannette von Wolfersdorff, un interesante ensayo que analiza las virtudes y defectos del modelo económico y social que nos rige. Además, la economista alemana reflexiona sobre el capitalismo con una visión de la actualidad, la historia, la ciencia evolutiva y la neurociencia.

Muchas cosas me llamaron la atención mientras leía, pero donde me gustaría poner especial énfasis es en el concepto de capitalismo aplicado a la realidad que estamos viviendo actualmente como país, a la discusión en torno a reformas estructurales y en cómo la economía puede contribuir al bienestar social de la comunidad y no sólo privilegiar los intereses de unos pocos.

“El capitalismo que necesitamos es el que logra un crecimiento sostenible, con dinamismo y foco en la innovación, entregando oportunidades a empresas pequeñas, medianas y grandes para desplegar su potencial, evitando la concentración de poder y de recursos”.

Tal como plantea la autora, el capitalismo es un sistema económico avalado por sus muchos beneficios, entre ellos, premiar el espíritu emprendedor y la aceptación de riesgos, maximizar el foco en el cliente y confiar en los mercados para asignar recursos escasos. Pero también tiene aspectos negativos, entre los cuales hay que considerar que esa autorregulación no siempre funciona y, además, su accionar está dejando graves consecuencias en materia medioambiental, social y personal.

Tampoco se trata de destruir el modelo capitalista ni de opacar los avances que nos ha entregado en materia de crecimiento económico, pero sí se hace necesario darle un nuevo enfoque, más acorde a los desafíos que estamos enfrentando hoy, donde sean las personas quienes estén al centro de las decisiones y no solamente lo que dicta el mercado; donde exista una mejor redistribución de los recursos y los mercados sean parte de las herramientas para promover el bienestar de la sociedad.

El capitalismo consciente es aquel que logra el crecimiento de manera sostenible, con dinamismo y foco en la innovación, entregando oportunidades a empresas pequeñas, medianas y grandes para que puedan desplegar su potencial y evitemos así la concentración de poder y de recursos. Avanza, claro que sí, pero lo hace bajo los principios del triple impacto, donde el eje de la estrategia corporativa de cada empresa ya no pasa sólo por la búsqueda de rentabilidad, sino que por un desarrollo integral donde el beneficio se genera sin depredar los recursos y donde cada acción se basa en tres conceptos, valor económico, mirada social e impacto ambiental.

Si queremos realmente progresar como sociedad requerimos, como plantea Jeannette von Wolfersdorff, de “un capitalismo más dinámico, en el sentido de actuar como conductor hacia innovaciones y meta-innovaciones que ayuden a mejorar la regulación de los mercados, y también uno más constructivo, en el sentido de crear -y no extraer-, valor para la sociedad”.

El capitalismo es bueno, pero será mucho mejor cuando avancemos hacia un modelo más equitativo y comencemos a medir el crecimiento no únicamente a través de los números, sino que diseccionemos si, como organizaciones que somos parte del sistema, realmente estamos trabajando para lograr un impacto positivo; cuando seamos conscientes del poder transformador que tiene en la vida de las personas y del planeta y cuando realmente logremos combinar con equilibrio el beneficio económico y la sostenibilidad.

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