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Columnistas

Presidencial 2017, en manos de la clase media

Pablo Longueira Ex ministro de Economía

Por: Equipo DF

Publicado: Lunes 14 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.

En mi columna de junio señalaba que la dupla constituida por Burgos, en lo político, y Valdés, en lo económico, tenía su tiempo acotado para restablecer confianzas y hacerse cargo del clima de incertidumbre que reinaba en el país. Más aún cuando a las incertezas internas generadas durante el primer año del gobierno de la NM se sumó un cambio en el contexto internacional que profundizaría ese clima que había que revertir. Hacer el cambio en Interior y Hacienda simultáneamente no debe haber sido fácil para la Presidenta. Si mal no recuerdo, la última vez que ello ocurrió fue cuando Pinochet sacó a Jarpa y Escobar en ambas carteras.

Trascurridos cinco meses, hay que reconocer que los esfuerzos de ambos por cambiar ese clima han tenido un cierto éxito. El ministro del Interior encauzó el cambio constitucional a un proceso para el próximo gobierno y por la vía institucional, sin que ello despeje absolutamente las incertidumbres propias de un cambio tan profundo, como es hacer una nueva Carta Fundamental, más aún cuando no se sabe nada sobre lo que se quiere cambiar... aparte de los firmantes. Pero lo importante es que disminuyeron las inseguridades de opciones fuera de nuestro ordenamiento institucional. Será tarea de todos culminar adecuadamente y con seriedad un proceso que ya se instaló, para cerrar un tema que a ningún país le conviene mantener abierto indefinidamente.

Burgos, con el conocido talento político que le conocemos quienes compartimos con él en el Parlamento, ha sido capaz de ir ordenando lentamente una estructura de gobierno muy diferente a la de los cuatro gobiernos de la Concertación. No era fácil asumir de la noche a la mañana una conducción política con un diseño donde la Presidenta había puesto a sus hombres de más confianza en los puestos claves del Gabinete.

Valdés, a quien no conozco, generó inmediatamente al llegar a Hacienda buenos comentarios por su seriedad y rigurosidad técnica, y ha logrado ganarse el respeto al ir dando señales de seriedad y ordenamiento, logrando despachar en el Congreso dos iniciativas muy importantes: la ley de Presupuesto y el reajuste del sector público, sin populismos y manejando rigurosamente el gasto fiscal. Realismo puro dirán algunos.

Como me dijo un amigo de la NM, “el problema es que no estábamos preparados para gobernar siendo mayoría en ambas cámaras”. Muchas veces es más difícil alinear a los propios que a los de oposición. Valdés, lo ha ido logrando lentamente. Son señales muy potentes, que los actores económicos valoran, volviendo a tener la confianza que se mantendrá algo que pareciera un activo del país, como es ser responsable con las finanzas públicas.

Burgos y Valdés han ido dibujando una nueva Concertación, alejándose de la NM.

Hoy la incertidumbre para revertir el clima interno se ha trasladado al post-Bachelet. ¿Qué viene después de este Gobierno? ¿Cuáles son las opciones con mayor probabilidad de triunfar? Parodiando ese spot que nos anunciaba que se nos apareció marzo, se nos apareció la presidencial.

Por eso, se ha adelantado la carrera 2017. La gente quiere saber si se profundizará el rumbo de la Nueva Mayoría o volveremos a gobiernos más moderados, como los de la Concertación o la Alianza. Ello se profundizará a partir de marzo, más aún cuando tenemos elecciones municipales a fines de 2016.

La próxima elección presidencial la definirá nuestra moderada clase media. La gente de centro. La que quiere correcciones, pero no retroexcavadoras. A estas alturas, está claro por las encuestas que se leyó muy mal lo que quieren los chilenos. Si la Alianza levanta un proyecto político que encarne una centroderecha moderna, que ofrezca a esta sociedad de clase media un proyecto de sociedad libre atractivo y creíble y la NM retorna a la antigua Concertación, a una centroizquierda cercana a una socialdemocracia europea, como lo fueron sus primeros cuatro gobiernos, uno de estos dos bloques volverá a gobernar.

A diferencia de lo que creen muchos, no ganarán los populistas de derecha ni de izquierda los próximos comicios. Los chilenos saben que vendrán años duros, con un ciclo del precio del cobre muy bajo, por lo tanto, los que garanticen más gobernabilidad tendrán más espacio para ganar.

Hoy todo indica que esas opciones las encarnan mejor Piñera y Lagos.

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