Reforma Tributaria: desafíos a la vista
“Parece pretencioso pensar que la economía chilena ya no necesita mecanismos para atraer inversión, como el DL 600”.
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La Reforma Tributaria ingresada esta semana al Congreso tiene objetivos que son loables y compartidos de manera transversal: financiar una reforma a la educación y la convergencia al balance estructural. Dicho esto, consideramos que la reforma enfrenta importantes desafíos que deberán abordarse en la discusión parlamentaria que tendrá lugar en los próximos meses. El principal desafío de un cambio al sistema impositivo que pretende recaudar en torno a 3% del PIB en estado de régimen, es justamente recaudar lo comprometido. La estimación de US$ 8.200 millones que se ha dado a conocer descansa en una serie de supuestos y, en particular, debería considerar el hecho que los agentes económicos modificarán su comportamiento casi con absoluta certeza con las nuevas reglas del juego. Cuantificar este efecto ex ante no es fácil.
Por otra parte, hay medidas que están en el proyecto que no cuentan con el apoyo de los propios miembros de la coalición de gobierno y que podrían incidir finalmente en una menor recaudación. Por ejemplo, está el caso del alza de los impuestos a los alcoholes, que serán resistidas por los parlamentarios que representan a las zonas productoras. Está también el caso de la aprobación de la rebaja de la tasa máxima del impuesto a las personas de 40% a 35%, que está siendo condicionada a la ampliación del tramo exento, lo que de concretarse también significaría menores ingresos para el fisco. Adicionalmente, cumplir con el objetivo de recaudación que plantea la reforma por la vía de reducir la evasión y la elusión en una cifra cercana a 0,5% del PIB impone un importante desafío para las autoridades fiscalizadoras.
Dada la importancia de cumplir con la premisa de que gastos permanentes se financiarán con ingresos permanentes, sería conveniente desde el punto de vista de la responsabilidad fiscal, que una vez que la reforma tributaria comience a operar se transparente la recaudación efectiva que esta genera año a año. No recaudar lo comprometido puede poner en riesgo el cumplimiento de los objetivos para los que fue diseñada, ya sea en términos de los objetivos de la reforma educacional o bien en términos de la convergencia al balance estructural. De ahí la importancia de que la recaudación estimada se cumpla. Si bien conceptualmente es adecuado pensar en ingresos permanentes para financiar gastos permanentes, en la práctica comprometer gastos permanentes no es una tarea difícil, mientras que los mayores ingresos no están garantizados.
En un escenario en que la economía se desacelera con fuerza y según las propias estimaciones del Banco Central la inversión apenas crecerá este año, es un desafío importante para esta reforma incluir mecanismos que permitan estimular la inversión. Si bien la gradualidad introducida en el proyecto y permitir el mecanismo de depreciación instantánea para empresas medianas y grandes de forma transitoria van en la línea correcta, parece pretencioso pensar que la economía chilena ya no necesita mecanismos para atraer inversión, como el DL 600 y, es conveniente reconocer que el mecanismo de depreciación instantánea no será un sustituto perfecto del FUT.
Finalmente, la discusión de la reforma tributaria no debe perder de vista que uno de sus principales objetivos es financiar una reforma a la educación. Ambos temas no pueden ser tratados de forma independiente. Al respecto, entendemos que las autoridades tienen un buen diagnóstico de los recursos que se necesitan para generar un salto significativo en términos de calidad, pero es importante que el proyecto de reforma tributaria que finalmente se apruebe, entregue los recursos necesarios para financiar dicho cambio y que luego los recursos sean invertidos de forma adecuada para tal efecto. En este sentido, si bien es encomiable el esfuerzo por invertir en educación, contar con mayores recursos no es sinónimo de mejorar la calidad, que es lo que a última línea se requiere para lograr un efecto perdurable en las oportunidades y en el crecimiento económico.