Rodrigo Aravena

¿Exceso de optimismo para el 2021?

Rodrigo Aravena González Economista Jefe, Banco de Chile

Por: Rodrigo Aravena | Publicado: Lunes 21 de diciembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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emos visto un alza generalizada en las estimaciones de crecimiento para el próximo año. Una de ellas fue la revelada en el último IPoM del Banco Central, donde se elevó la proyección a un rango centrado en 6% (desde 4,5% en septiembre), mientras que en la Encuesta de Expectativas Económicas subió de 4,5% a 4,7% y el consenso de Bloomberg lo hizo desde 4,7% a 5,1%.

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En dichos casos, la mejora de 2021 ha compensado el recorte en las cifras de este año, dejando entrever que la recuperación sería completa y lograríamos alcanzar niveles pre-crisis antes de 2022. Sin duda, esto no deja de ser alentador.

Me declaro algo más cauto que una gran parte del mercado, dada la naturaleza de los factores detrás de esta potencial recuperación, como también por el tipo de riesgos locales. Incluso crecer más de 5% en 2021 requerirá un esfuerzo no despreciable.

Partamos por descifrar qué significa realmente esta cifra. En términos simples, se podría lograr el 5% si la economía chilena, durante todo el próximo año, fuera capaz de incrementar muy levemente el nivel de producción que tendríamos al cierre de este año. Sí, tal como está leyendo: no tendríamos que aumentar mucho la actividad (alrededor de 1%) para lograr dicha cifra. Ello ocurriría por el efecto estadístico atribuible a la baja base de referencia, dado que estaríamos comparando meses más "normales" con aquellos en que más de la mitad del país estaba en cuarentena, lo cual eleva (artificialmente) la tasa de crecimiento durante varios meses.

Así, si bien podríamos concluir que la economía "prácticamente" debiera mantener el actual nivel de producción, la verdad es que no deja de ser desafiante. Debemos recordar que la economía ha sido impulsada por una serie de factores que, simultáneamente, han contribuido a dicho resultado. Entre ellos destacan el desconfinamiento (muchas personas consumieron lo que no habían podido en meses anteriores), el efecto del primer retiro del 10% de los fondos previsionales, los estímulos fiscales y una parte de los créditos que han estado bajo períodos de gracia. Dado que estos factores no nos acompañarán de la misma forma en el futuro, es directo pensar que se necesitarán nuevas fuerzas que, al menos, logren compensar.

Adicionalmente, debemos considerar que parte del impulso esperado para 2021 proviene de factores exógenos, totalmente fuera de nuestro control. El alza de 70% en el precio del cobre desde el inicio de la pandemia, la robustez de la recuperación de nuestro principal socio comercial (China) o el avance en el proceso de inmunización, sin duda serán claves en la recuperación, pero bien poco tenemos para influir en ello. La naturaleza de estos factores es una fuente adicional de riesgos.

No es en lo absoluto mi intención decir que la economía no llegará al 5%, sino más bien consignar que alcanzar un desempeño de ese nivel no está para nada garantizado. Es más, nuestro escenario central contempla una expansión levemente superior a esta cifra. El principal reto es tener en cuenta que, post pandemia, la economía chilena tendrá, tal como destacó el IPoM, nuevas fragilidades que nos dejarán más vulnerables ante nuevas crisis. Entre ellas, por ejemplo, destacan el deterioro del ahorro tras el retiro de parte de los fondos de pensiones, como así también el aumento en la deuda fiscal, lo cual conllevará un mayor reto en términos de inversión futura. La necesidad de internalizar estos factores y, con ello, mejorar la calidad de discusión de políticas públicas, será incluso más importante que superar el 5% en 2021.

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