El Banco Central y la intervención cambiaria
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A la hora de los balances de este año, probablemente la decisión del Banco Central de no intervenir el mercado cambiario -a diferencia de otros países- se inscribirá entre las más acertadas.
Un hecho no menor considerando la presión que hubo sobre la autoridad monetaria a comienzos del presente ejercicio, en especial cuando el dólar ser situó alrededor de los
$ 470. No fue extraño ver entonces declaraciones de exportadores, las cuales tendieron a reducirse a medida que la divisa se empinó sobre los
$ 500 en medio de las expectativas del retiro del plan de estímulo de la Reserva Federal.
Tal como lo mencionó el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, la abstención de salir a comprar dólares se dio en un marco donde quienes lideran la entidad reforzaron la mirada de mediano plazo, de tal forma de evitar reacciones a sucesos puntuales o transitorios.
Asumiendo esa lógica, la tarea para el ente emisor no resulta hoy simple desde la perspectiva de las tasas de interés. La economía local está en una clara senda de desaceleración, pero aún el consumo muestra una cierta fortaleza que -a la fecha- sugiere demorar el inicio del relajamiento monetario. La duda es cuánto debe durar esa espera.