¿Otro año de altos y bajos para los mercados?

Tras un año de alta volatilidad, que podría continuar, el desempeño bursátil a nivel mundial en 2012 probablemente dependerá del resultado de la crisis en la eurozona.

Por: | Publicado: Viernes 13 de enero de 2012 a las 05:00 hrs.
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Los mercados bursátiles globales soportaron un tórrido año de grandes declinaciones en 2011, y parece que habrá más volatilidad en 2012. Los movimientos en los mercados de capitales estarán sujetos a las contradictorias presiones de la alta aversión al riesgo y la búsqueda de rendimientos, dadas las bajas tasas de interés en el mundo desarrollado. Por sobre todo, no obstante, los desempeños de los mercados probablemente dependerán del resultado de la crisis en la eurozona.

Los mercados bursátiles en casi todos lados terminaron 2011 más abajo que donde empezaron el año. El índice FTSE Global All Cap cayó cerca de 11% durante el año, comparado con un avance de 10% en 2010. Más notablemente, la Economist Intelligence Unit observó los desempeños de mercados individuales en 2011, y encontró que sólo nueve de 92 índices selectos tuvieron avances de cualquier tamaño en el año. Esta muestra no es integral, pero aún así entrega una idea de lo mal que le fue a la mayoría de los mercados. En comparación, un análisis similar publicado en diciembre de 2010 encontró que 61 de 86 índices seleccionados habían subido desde inicios de 2010.

La principal razón de por qué los mercados fueron mucho más débiles en 2011 fue la crisis de deuda en la eurozona, que pesó sobre la confianza a lo largo del año. El índice Eurofirst 300 FTSE cayó 18,5%, con los principales índices de España, Alemania, Francia e Italia cayendo entre 15% y 25% cada uno. Grecia, tal vez sin sorprender, está al fondo de la tabla de posiciones global de este año, con el mercado de Atenas habiendo registrado una baja de 52%.

La crisis también contribuyó indirectamente a grandes declinaciones en acciones de mercados emergentes, tanto por factores de búsqueda de seguridad como por preocupaciones más amplias sobre el impacto de una contracción en Europa sobre la economía global. Los cambios drásticos en el apetito por riesgo, entre las llamadas operaciones “risk-on” y “risk-off”, fueron una de las principales características en los mercados financieros en 2011.

Buenas noticias fueron escasas. Ignorando las rarezas como la ilíquida bolsa de Venezuela (su desempeño estuvo fuertemente distorsionado por las políticas estatales y la alta inflación), e Irak e Irán (el último fue impulsado por la colocación de acciones baratas de privatización y la salida de fondos privados del sistema bancario iraní), el mejor desempeño de 2011 lo tuvo el Promedio Industrial del Dow Jones (DJIA, su sigla en inglés). Éste avanzó 4,7% en 2011, aunque el relativamente sobrio desempeño oculta grandes variaciones entre territorios positivo y negativo durante el curso del año.



¿Qué viene ahora?


La incertidumbre y la volatilidad probablemente sean consignas nuevamente este año. A los mercados les podría costar hacer progresos mientras la crisis del euro siga sin resolverse, especialmente a medida que el panorama macroeconómico mundial es más débil. Esperamos que la eurozona sufra una recesión en 2012, aunque el pronóstico de una contracción de 1,2% en el PIB será mucho menor que la declinación de 4,2% que ocurrió en 2009.

También, balanceando potencialmente el impacto negativo sobre las acciones de la continua aversión al riesgo influirá los modestos retornos por efectivo o de algunos de los países cuyos bonos soberanos aún son percibidos como “seguros”.

Si la crisis de euro empeora, sin embargo, y particularmente si un fracaso político lleva a un proceso caótico de desintegración de la unión monetaria, entonces nada es predecible. Los precios de activos sufrirían enormes caídas virtualmente en todos los ámbitos, y los mercados bursátiles caerían en picada. Muchos índices, pese a su mal desempeño en 2011, siguen por sobre de sus mínimos post-Lehman a fines de 2008 e inicios de 2009, aunque con excepciones significativas como China y la periferia de la eurozona. Pero si el euro colapsa, se podrían concebir caídas aún mayores que las que ocurrieron tras el colapso de Lehman. Las acciones financieras verían fuertes declinaciones, dado que muchos bancos colapsarían mientras que aquellos que sobrevivieron enfrentarían un ambiente operacional malo. Las empresas financieras representan cerca de 14% de la capitalización de mercado del S&P 500, por ejemplo, subrayando su importancia para el mercado en general. A estas dificultades se sumarían las serias contracciones en la economía real, que afectarían a las empresas no financieras, y posiblemente masivas salidas de capital desde las acciones, a medida que los inversionistas buscan refugio.

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