Porqué los super Mario necesitan ayuda

Por: | Publicado: Jueves 19 de enero de 2012 a las 05:00 hrs.
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¿Lograrán los dos Marios -Mario Monti, primer ministro de Italia, y Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo- salvar a la eurozona? No. Pero las personas pueden hacer una diferencia. Ambos han demostrado un sofisticado pragmatismo. Sin eso, esta fallida estructura no sobrevivirá. Las autoridades deben ser más cooperativas y flexibles. Los costos económicos y políticos de un quiebre serían tan grandes que uno debe esperar lo mejor. Tal vez los dos Marios cambien las políticas hacia una dirección más productiva.

Dos flechas lanzadas al infinito.

La primera es la nueva operación de refinanciamiento de largo plazo del BCE el mes pasado. Con los bancos bajo un dura presión de liquidez, la oferta del dinero a tres años al promedio de la tasa de referencia del BCE (hoy a 1%) fue algo que no podían rechazar. Inicialmente fueron 489.000 millones de euros para 523 bancos. El balance del BCE está por estallar. Fue una medida audaz e ingeniosa de Draghi y probablemente lo mejor que pudo hacer hasta ahora.

A largo plazo, el dinero barato del BCE debería ayudar a estabilizar el sistema financiero de la eurozona. Menos claro es si estabilizará los mercados de deuda soberana. La mayoría de los bancos europeos probablemente se resiste a comprar la deuda de países en riesgo, dada la presión de la Autoridad Bancaria Europea para que aumenten el capital que tienen. Pero los bancos nacionales podrían tomar decisiones diferentes bajo presión. Eso ayudaría a financiar gobiernos vulnerables, pero también aumentaría la concentración del riesgo en los bancos nacionales. Éste es alto: a mediados de 2011, un 28% de la deuda española y un 27% de la deuda italiana estaba en manos de bancos nacionales, según una investigación de Jean Pisani-Ferry para Bruegel, un think-tank con sede en Bruselas.*
Una segunda flecha es el llamado de Mario Monti a los países acreedores para reducir más los costos de financiamiento de su país, porque de lo contrario podría haber una “reacción violenta” entre los votantes de la periferia. Monti está en una buena posición para plantear este argumento. ¿Si no es él, quién? ¿Si no ahora, cuándo? Es un funcionario respetado, con una visión pro europea, que simpatiza con la actitud alemana frente a la competencia, la estabilidad fiscal y monetaria. Su éxito dependerá de la sobrevivencia del euro, al menos en su forma actual. Su fracaso seguramente provocará el Diluvio Universal.

Draghi y Monti enfrentan dos fragilidades vinculadas: la vulnerabilidad del sistema bancario y los intereses insostenibles que pagan actualmente los países más débiles. Pero no pueden resolver estas dificultades. Para eso se requiere medidas más radicales de las que pueden asumir.

Un ensayo de Pisani-Ferry y otro de Paul de Grauwe de la universidad de Lovaina indican los problemas más profundos a enfrentar**. El primero argumenta que el debate sobre las reformas se centra en la disciplina fiscal, incluso aunque el fracaso en el cumplimiento de estas normas fiscales jugó un rol menor en causar la crisis actual. El comportamiento irresponsable de prestamistas privados y, en muchos casos, de deudores privados, fue igual de importante. Lo que hay que entender, según ambas investigaciones, es la fragilidad de la eurozona como estructura, en tres aspectos interrelacionados: la falta de una responsabilidad conjunta por la deuda pública; la ausencia de apoyo monetario para los préstamos soberanos, incluso en una grave crisis; y la estrecha conexión entre deuda soberana y bancos nacionales.

Lo llamativo de los spreads de riesgo de la deuda soberana de la eurozona es que no coinciden con los de la deuda soberana de países de altos ingresos frente a su propio banco central, como el Reino Unido, incluso a pesar de que sus déficit o deudas a veces son mayores que la de miembros comparables de la eurozona. Por eso Francia está comprensiblemente irritada tras su rebaja de calificación, mientras el Reino Unido sigue (por el momento) con su triple A.

La elevada vulnerabilidad a la crisis financiera y de deuda soberana no es la única amenaza para los miembros más débiles de la eurozona. También enfrentan una mayor tarea de ajuste que los países con tipos de cambio flexibles. Sin embargo, el peligro es que la severidad de la crisis financiera prive a los países que la sufren del tiempo necesario para lograr cambios en competitividad. En el caso de Italia, por ejemplo, la combinación de altas tasas de interés y bancos vulnerables, con austeridad fiscal, probablemente llevará a una prolongada y profunda recesión y a un aumento del déficit fiscal cíclico mientras cae el déficit estructural. Ninguna democracia moderna tiene paciencia infinita. Los mercados lo saben y reaccionarán de acuerdo a esto.

Pisani-Ferry propone varias reformas: supervisión federal y préstamos de apoyo a los bancos; reforma del BCE, para convertirlo en un banco central moderno; o algo más cercano al federalismo fiscal. Todas crean grandes dificultades. Probablemente ninguna se haga efectiva. Pero es difícil ver alguna salida a la crisis y pasar a algo más estable sin alguno de estos cambios. Si el status quo falla y si se descarta el quiebre, hay que elegir las reformas, por dolorosas que sean.

Si nos preguntamos por qué los cambios necesarios son tan difíciles, la respuesta probablemente sea triple. Primero, este proyecto fue una apuesta sobre qué tan “europeos” se sentirían los ciudadanos de los países miembros. Hasta ahora, la respuesta es “no lo suficiente” y quizás “cada vez menos”. Segundo, el proyecto fue una apuesta a la capacidad de acordar un diagnóstico común y soluciones viables a una crisis. Han faltado, hasta ahora. Finalmente, el proyecto también fue una apuesta a que, de haber crisis, también habría liderazgo. Aún lo esperamos.

Los costos de un fracaso son tan altos que hay que mantener con vida la posibilidad de reformas nacionales y a nivel de eurozona. Draghi puede ayudar en eso en el BCE. Monti puede convencer a otros países, incluida Alemania, de hacer reformas. Puede decir la verdad a los acreedores, que deberían escuchar con atención.

* The Euro Crisis and the New Impossible Trinity, January 2012,www.bruegel.org
** “Mispricing of Sovereign Risk and Multiple Equilibria in the eurozone”, January 2012.

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