Avy Shiffmann decidió dejar sus estudios de neurofilosofía en Harvard para dedicarse a proyectos personales basados en la Web 3.0 (la siguiente generación de tecnología de Internet que se basa en el aprendizaje automático, inteligencia artificial y la tecnología blockchain).
Junto a unos amigos vivía en una casa en Denver que le financian inversionistas de riesgo, para que Shiffmann y compañía creen productos y conversen con expertos tech: en 2021 invitaron al lugar al creador de Ethereum, Vitalik Buterin.
Eso hasta el 28 de febrero. Esa noche, de vuelta a la casa de sus padres en San Diego, tras participar en una protesta en favor de Ucrania en medio de la invasión rusa, el estadounidense tuiteó: “Una buena idea sería crear un sitio web para poner en contacto a los refugiados ucranianos con los anfitriones de los países vecinos”.
En 3 horas el mensaje alcanzó más de 300 RT y muchos mensajes internos. No le quedó otra que hacerse cargo de su propuesta.
Contactó a su amigo y compañero en Harvard Marco Burstein (18), experto en programación. 72 horas después tenían arriba la página ukrainetakeshelter.com, que busca conectar refugiados ucranianos con posibles anfitriones en cualquier parte del mundo.
“Vi que había muchos ucranianos refugiados yendo a países como Moldavia, Alemania, o Polonia, pero el servicio para conectar con alojamientos era muy ineficiente. Había páginas de ONG que eran imposibles de navegar y al final solo eran landing pages que mostraban lo que hace la organización, en vez de ofrecer ayuda de verdad”, relata a DF MAS.
“También había grupos de Facebook, donde ponían google forms y esperabas, pero sentí que eso no era eficiente, no era escalable y los refugiados se sentían con poco poder de hacer algo”, agrega.
A casi tres semanas de la creación ya tienen más de 620 mil usuarios, la plataforma está traducida a 13 idiomas y hay 14 mil cupos disponibles alrededor del mundo para acoger a ucranianos que han debido dejar su país por la guerra.
Shiffmann, cuenta, casi no ha dormido más allá de siestas de 30 minutos. Ha recibido cientos de solicitudes de entrevistas. Esta, con DF MAS, asegura, fue suerte. “Apreté aleatoriamente uno de los cientos de mensajes que tenía en Twitter”.
De igual manera le han escrito decenas de ucranianos para agradecerle la ayuda. Un caso que le emocionó fue el de una familia de seis personas que llegó el viernes pasado al norte de Francia. Despúes de semanas en un subterráneo en Kharkiv lograron viajar durante tres días a su nuevo destino, y tres días después de su salida, el lugar fue bombardeado.
Un Airbnb para refugiados
Shiffmann se había hecho fama de activista de internet con dos proyectos anteriores, whoto.vote -que ayudaba a elegir candidato en las elecciones presidenciales de Estados Unidos- y ncov2019.live, que mapea la información pública del Covid en el mundo.
Gracias a ella fue reconocido por el Dr Anthony Fauci -asesor del presidente de EEUU- y fue quién más donaciones recibió en la plataforma de crowdfunding Ko-fi.com. Esta iniciativa la inició porque vio cómo sus padres, ambos médicos, hablaban de cómo iba a impactar el virus cuando se expandiera.
Con esa experiencia tech esta vez se puso a desarrollar una página fácil, que no pregunte mucha información y que sea segura. Cuenta que ha recibido asesoría de expertos en ciberseguridad y está cerrando un acuerdo con organizaciones sociales y de ayuda para llegar a más ucranianos.
“Nuestro objetivo es hacer una página que pone el poder en las manos de los refugiados, y donde ellos puedan tomar la iniciativa. Una especie de Airbnb para los ucranianos”.
La plataforma no acepta donaciones -”creo que no es ético”, explica- y está pagando las cuentas con el dinero obtenido por la página de Covid.
Con su socio quieren que la plataforma tenga más herramientas, como brindar posibilidad de transporte, de alimentación e incluso de empleo. Y que en un futuro, el sitio pueda ser utilizado para cualquier crisis.
“Sé que está lleno de crisis humanitarias en el mundo, como Siria o Afganistán. Esperamos que esto sea útil para todos los refugiados: quienes sufren terremotos, guerras o pandemias. Podemos adaptarla para ayudar en otras crisis. Tenemos grandes planes”, afirma.
“Quiero crear tecnología que cambie el mundo”
Avy Shiffmann tiene dos hermanos y en su tiempo libre -que no es mucho, dice- le gusta escalar y hacer deportes al aire libre. Solía competir en esquí en el colegio, se declara un fanático de la tecnología y le gusta conversar con la gente sobre cualquier tema, pero especialmente sobre las nuevas tecnologías que trae la web3, como los NFT.
A sus 19 años sueña con crear tecnología que cambie la vida cotidiana de la gente, tal como lo hizo el celular o los autos en su minuto, pero, dice, siempre de la manera más ética y positiva posible, porque “hay grandes creadores del pasado con increíbles ideas pero que no piensan en la ética y solo buscan dólares”, señala.
La próxima semana viajará a Barcelona y luego a Nueva York para generar redes con inversionistas de riesgo y computines. Allí espera poder encontrar un CTO para otro producto que está ideando desde hace dos años: una startup que permita conectar wallets y sea tan fácil como meterse a Google.
“Tengo muchos planes en web3, ingeniería, tal vez siga haciendo ayudas humanitarias. Me gusta ser un activista del internet y espero inspirar a otras personas”, afirma.
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