Por M. Sánchez / A. Chávez
Osvaldo Andrade tiene la película clara. Sabe perfecto hacia dónde y con quiénes trabajará en el proyecto de la “nueva Concertación”.
El diputado y presidente del Partido Socialista (PS) parte su trabajo de coordinador de este naciente proyecto de la siguiente base: “Si uno logra captar el tenor y el tono de las declaraciones, unas muy duras y rupturistas incluso, uno se da cuenta que persistir en la línea de confrontación más dura es una insensatez”.
- ¿Qué razones existen para creer que la Concertación va a lograr, esta vez, dar un giro definitivo?
- No creo que haya una respuesta para eso, porque estas cosas no son expresiones de voluntad. La situación es cualitativamente distinta, porque maduró al interior de los partidos un debate que establece que tal como están las cosas no tiene sentido seguir, es decir, que de un modo u otro, esta Concertación que tenemos hoy no se hace cargo de los nuevos desafíos.
- ¿No tiene sentido la Concertación porque dejó de tener el respaldo ciudadano?
- No tiene sentido porque su naturaleza no da cuenta de la realidad y, en consecuencia, o se remoza o se reconstruye o se reformula o la tendencia es a la inanición.
- ¿Cuál de estas alternativas suscribe?
- Si uno sigue el tenor de las declaraciones desde que se formuló esta propuesta escrita del PPD de la Convergencia Opositora, uno se da cuenta que la oportunidad está en la idea de la reconstrucción. Creo que ha resurgido la voluntad política por la necesidad de una coalición. Otra cosa es cómo y con qué producto, pero nadie ha planteado una ruptura, al contrario, todos han ratificado la necesidad de la convergencia entre el centro y la izquierda.
- ¿Qué viene ahora?
- Lo que corresponde ahora es establecer un inicio, el talento está en darle contenido a esta voluntad, el que en mi opinión tiene tres cosas centrales: primero, hay que terminar con el proceso de la autocrítica, no digo olvidarlo, pero sí hacer un punto final con una severa autocrítica. La Concertación tiene que convenir una declaración formal que culmine con esta autoflagelación permanente. Segundo, buscar cuál es el sentido común programático que va a ser la impronta de esta coalición.
- ¿Hacia dónde debiera apuntar?
- Aquí hay dos elementos. Uno, una nueva Constitución porque la que tenemos ahora se construyó desde el miedo a la mayoría, por eso el entramado supone que haya un empate y que gane la minoría. Por tanto, hay que poner en el centro al ciudadano. Y, dos, una transformación del Estado, ya no puede seguir siendo simplemente un Estado subsidiario sino que tiene que ser un proveedor de bienes públicos de calidad y cobertura.
- ¿Y el tercer punto central de este cambio?
- Es un nuevo acuerdo social. Nosotros tenemos un modelo en que la matriz es el crecimiento y desde allí se obtienen bienes para todos, eso hay que cambiarlo. El crecimiento sólo tiene sentido si está vinculado con el desarrollo y eso significa una impronta distinta, un nuevo modelo.
- ¿Cuál sería la base de este modelo?
- El énfasis estará en los abusados y no en los abusadores, en los que tienen menos y no en los que tienen más, en el concepto de que no hay que defender a los ricos, sino a los pobres. Y eso supone también otro montón de iniciativas como nuevo Código del Trabajo, nuevo sistema de salud con un énfasis en el usuario y no en la Isapre; una educación que ponga el acento en el estudiante y en la educación pública y no en la posición privada y en el lucro; un sistema que proteja al consumidor y no a la industria.
Con quiénes...
- ¿Hay espacio para lograr este debate hoy?
- ¡Veamos! Si estos son caminos que hay que andar. No pretendo que el 5 de octubre terminemos con esto. Además, porque tenemos que lograr credibilidad, y eso no se logra con una sola declaración, sino que con ejercicios cotidianos.
- ¿Con un eje PS-DC?
- El centro y la izquierda, ambos tienen la obligación de hacer su pega, en su espacio político, pero una pega que es colaborativa, no de confrontación. Hay que terminar con estos temores de que si se arma una izquierda potente el centro pierde o que si el centro se fortalece la izquierda queda disminuida. Y eso, tiene una tarea inmediata que es hacer oposición. Pero hay que hacer oposición con voluntad de ser gobierno, sin vetos ni exclusiones, sin dejar a nadie afuera. Yo esto lo plantee el año pasado, del PRI al PRO, el “reloaded”.
- ¿Darle un sello claro de oposición?
- O sea, si la oposición es la Concertación, es el MAS, el PC hay que darle entidad a eso, hay que constituirla como tal. La oposición tiene que existir como algo que se ve, no que se junta para un determinado proyectito. Hay que darle estructura.
- ¿Incluyen aquí los movimientos sociales?
- Para ser oposición tenemos que hacernos cargo de la oposición social, en el sentido que tenemos que considerar que eso existe, respetando su autonomía, pero entendiendo que tenemos que conversar y también darle entidad. Yo planteo un Foro Democrático, Carolina Tohá propone un Foro Ciudadano, hay que buscar ese mecanismo que nos permita un diálogo permanente con los actores sociales.
La peor de las “tonteras”
- ¿Alcanzan de aquí a la próxima elección?
- A la presidencial y municipal, porque ya tenemos compromisos hechos. Nosotros hoy podemos decir que vamos a tener un candidato a alcalde de la oposición en todas las comunas de Chile; tendremos un candidato común en las próximas elecciones presidenciales, incluso tenemos un método, dijimos que haríamos primarias; y vamos a tener un acuerdo parlamentario.
- ¿Cómo se enfrenta la ruta si hay un sector que cree que el eje PS-DC apunta a un inmovilismo que asegure el retorno de Michelle Bachelet?
- He escuchado tonteras en el último tiempo y esa me parece la peor de todas.
- ¿Por qué?
- La Concertación es necesaria para la oposición, pero no es suficiente, el mismo parangón se hace hacia el otro lado. Para construir una mayoría social que se haga cargo de lo programático y que tenga una perspectiva de acceder al gobierno, el entendimiento entre el centro y la izquierda es vital y estratégico.
- ¿Y cómo se convence a los extremos?
- La DC tiene que hacer su pega en el centro y hay que colaborar para eso. Todos tenemos que entender que hay que ser comprensivo de aquello y eso implica reconocer su identidad y que no tiene por qué hacer lo mismo que nosotros, somos distintos. Y la DC tiene que entender que nosotros tenemos que hacer lo propio. Por tanto, el entendimiento entre la DC y el PS no puede ser una amenaza sino que al contrario, un capital, y para la DC el entendimiento del PS con el PPD, el PRSD tampoco puede ser visto como una amenaza.
“Reencontrarse en la izquierda”
- Cuando se habla de la izquierda, ¿a qué apuntan?
- Primero, a la unidad de los socialistas. No sólo me refiero a los militantes del socialismo, también a otros socialistas que ya no están aquí. Es que si nosotros no hacemos un esfuerzo de rearticulación de nuestras propias fuerzas, esto es solo retórica.
- ¿Apunta a los que se fueron?
- Por qué no.
- ¿Pero busca un entendimiento, no un retorno?
- Hay que reencontrarse en la izquierda, por lo que el entendimiento histórico PC-PS tampoco puede ser visto como una amenaza. Y, excúseme, alguien podría poner en duda que tengamos una relación privilegiada con Alejandro Navarro, y en la misma lógica el entendimiento PS-PPD, si el PPD salió desde el PS.
- Entonces, ¿qué se puede esperar para el 5 de octubre?
- El inicio formal de este proceso. El compromiso de este camino y la formulación de acciones desde ya. El 5 de octubre hay que iniciar este camino, pero hay que partirlo con un compromiso y con acciones que se puedan desarrollar desde ya, por ejemplo, creo que hay que ampliar las vocerías.
- ¿Cómo?
- Esta idea que los cuatro presidentes de partido hablemos de todo es un rito cada vez más inútil. Después tenemos que mostrar nuevos rostros. Tercero, hay que instalar, ojalá desde el 5, esta cosa del Foro Social o Ciudadano. Cuarto, hay que darle desde ya entidad a la oposición y eso implica instalar las bancadas, construir una agenda legislativa común. Quinto, tenemos que hacer un despliegue territorial significativo. Yo aspiro a que el 5 constituyamos ese compromiso.
- ¿O sea no se producirá el gran cambio?
- No esperaría que el 5 de octubre vayamos a resolver todas las cosas, creo que sería un pecado de voluntarismo imperdonable. El 5 de octubre hay que construir un compromiso que inicie un camino, a eso me refiero cuando respaldo a Iganacio Walker cuando dice hay que tomar definiciones, eso se llama compromiso. Ahora no lo respaldo cuando dice que ahí se van a resolver todas las cosas, porque creo que eso es imposible. Hay caminos que hay que andar.
“La discusión del Presupuesto va a ser muy dura”
- El presidente del Senado, Guido Girardi (PPD), condicionó la aprobación del Presupuesto a que el gobierno retome el diálogo con los estudiantes, ¿comparte la idea?
-No. El Presupuesto hay que verlo en su mérito y el tema de los estudiantes también. Juntar las cosas y declararlo es un error. La discusión del Presupuesto va ser muy dura e intensa, entre otras cosas, porque ha habido una mala relación con el Ejecutivo en esta materia, ha habido mucho ocultamiento de información, mucha reunión que ha fallado, mucha solicitud de datos que no se entregan, hay una evaluación muy negativa de la ejecución. Tenemos fundadas razones para temer mucho de la letra chica. Este gobierno ha hecho un esfuerzo sistemático para juntar un monto de lucas para las próximas elecciones y no es poca plata, entonces ya, en si mismo, es un problema. Lo de los estudiantes tiene su propio derrotero. Ahí también tenemos que construir un compromiso y a los estudiantes no los podemos dejar solos, hoy están en una situación difícil.
- Da la impresión que los estudiantes solos se han manejado bien...
- Hemos estado con ellos, pero con la visibilidad adecuada, porque ahí tenemos un problema de debilidad de confianzas. Si el gobierno está apostando a la derrota estudiantil está cometiendo un error garrafal. Lo que pasa es que se generan disposiciones y estados de ánimo para la discusión y eso en política es muy importante. Este gobierno hace todo lo contrario por encontrar mecanismos y climas adecuados para las discusiones. Le puede pasar que la oposición no tenga la misma disposición que tuvo, por ejemplo, en el post natal, que recibimos un pésimo proyecto y terminamos haciendo otro. Entonces, dado el clima, puede ser que tengamos una discusión que termine en suma cero.
En materia laboral “No hemos avanzado nada”
- ¿Espera alguna reforma laboral?
- Cada día que pasa soy más escéptico en materia de reformas laborales, y no por la voluntad explícita de las ministras, sino que por la presión empresarial y el enfoque de los que toman las decisiones en el gobierno.La experiencia ha demostrado que en aquellos temas que son relevantes, finalmente, estamos en la misma situación que al inicio del gobierno. No hemos avanzado absolutamente nada. Quiero agregar un dato: la ministra Matthei se reunió con las trabajadoras de casa particular y comprometió una iniciativa en materia de jornada. Bueno, lo primero que hay que hacer es ratificar el Convenio de la OIT, que no se ha hecho, ahí se muestra una voluntad política inequívoca de avanzar en la situación del trabajo doméstico. En segundo lugar, en materia de jornada ya hay un proyecto presentado, por quien habla, que establece las 45 horas de trabajo.