Y llegó el día. Mediante un hecho esencial enviado a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Falabella informó que tras 22 años de vigencia, el pacto de accionistas que ha gobernado la empresa desde 2003 y que aglutinaba a cerca del 66% de la propiedad del gigante del retail, "terminará con fecha 1º de julio de 2025 por expiración de su plazo de vigencia".
"Como consecuencia de lo anterior, y por aplicación de lo dispuesto en el artículo 96 de la Ley Nº 18.045 sobre Mercado de Valores y la Norma de Carácter General Nº 505 de la CMF, la Sociedad ajustará la información que divulga acerca de quienes integran el Grupo Empresarial a la que la misma pertenece, en lo concerniente a quienes ejercen el control de la misma o son miembros de un controlador suyo", dijo la compañía en la comunicación al regulador.
El pacto, firmado en 2003, unía a las familias que controlaban dos tercios de la propiedad de Falabella, pero cuya participación accionaria fue cambiando con los años. Ese acuerdo fue actualizado en septiembre de 2013 y es el que regía a siete grupos de socios de la compañía: Amalfi (Sergio Cardone), Auguri (Karlezi Solari), Bethia (Heller Solari), Corso (Cortés Solari), Dersa (Del Río Goudie), HCQ (Cúneo Solari), y San Vitto (Solari Donaggio).
Cabe señalar que Falabella se dirigió al regulador en 2013, cuando los miembros del pacto detentaban el 81,47% de la propiedad de la empresa, para señalar que habían suscrito un texto refundido, cuya versión original databa desde 2003. En dicha comunicación se indicó que el Pacto de Accionistas tenía vigencia hasta el 1 de julio de 2025. Llegada esa fecha y sin que existiera animus societatis, el acuerdo expiró y los clanes optaron por no prorrogar o reemplazar este acuerdo de actuación conjunta que, entre otras materias, les regula y les restringe la libre transferencia de acciones.
Según explicaron en el mercado, hoy hay nuevas generaciones en cada uno de estos clanes, que ya han crecido y que tienen distintos intereses, e incluso hay ramas que están dividiendo sus patrimonios, como los hijos de Liliana Solari, los hermanos Carlos y Andrea Heller. Y, por supuesto, pesan también los sinsabores que pasaron pospandemia, que afectaron los resultados del retailer y remecieron al gobierno corporativo
Esto ha coincidido con el ingreso de nuevos socios a la empresa: la familia Müller y los Fürst, socios históricos de los accionistas de Falabella en la filial de centros comerciales del holding, Mallplaza.
En distintas tandas de compras, primero fue Tomás Müller Sproat y luego su hijo Tomás Müller Benoit, quienes a través de su sociedad Rentas Tissa partieron este proceso.
Fue hace tres años que iniciaron las compras, como una decisión familiar trabajada al alero del banco de inversión Altis como asesor financiero del clan, entidad que el mismo patriarca Müller Sproat fundó en 2006. Y luego, hace unos seis meses siguió la misma estrategia Paul Fürst, hijo del fallecido empresario Thomas Fürst, a través de la sociedad familiar Inversiones Avenida Borgoño.
Los Müller y los Fürst son cofundadores de Mallplaza, y han sido, a su vez, históricos socios de Falabella en esta compañía de centros comerciales. Y ahora, fruto de las compras en el papel de Falabella, los Müller ya llegaron al 5,5% de esta empresa. Y los Fürst, en tanto, ostentan otro 2,49%. Entre ambos, ya se acercan al 8%. Y en la nueva realidad del retailer, sin un pacto de actuación conjunta, ese porcentaje podría ser determinante para cuando se definan los integrantes del directorio.