Por Ángela Chávez M.
Adelántandose a otros centro de estudios de políticas públicas y cuando buena parte del gabinete ministerial ha dado a conocer su respectivas cuentas públicas, la Fundación Chile 21 entregó ayer su propio balance del nivel de cumplimiento de los ejes del gobierno del presidente Sebastián Piñera. Y a la luz de los resultados “la nueva forma de gobernar se traduce en un gobierno de administración de lo que hay”. Así lo destacó la directora ejecutiva del think tank, María de los Ángeles Fernández, al precisar que si bien el Ejecutivo ha dado cumplimiento al 50% de los compromisos que asumió, logrando que se aprobaran proyectos de ley y con medidas administrativas, varias de esas iniciativas eran heredadas del gobierno anterior, como por ejemplo, el proyecto de ley de inscripción automática y voto voluntario.
Flanqueada por el ex portavoz de gobierno, Francisco Vidal, y el otrora senador y ex PS, Carlos Ominami, Fernández, detalló los avances y pendientes en cada uno de los siete ejes de la hoja de ruta de la de la administración Piñera y enfatizó que “el gobierno está haciendo cosas, el problema es que el gobierno no logra sintonizar con lo que está pasando en el contexto, no logra asumir los desafíos de un cambio de ciclo que hay en la politica chilena”.
De ahí que, a juicio de la directora de Chile21, “este es un gobierno asincrónico, que no logra ir a la par de las demandas ciudadanas más sentidas y aparecer como desfazado”.
Ello explicó, porque por ejemplo, en materia de crecimiento si bien se han exhibido buenos índices, “todos los expertos señalan es que producto de un efecto casi rebote inercial de lo que se produjo post reconstrucción o terremoto”, mientras que “no se ven propuestas concretas para enfrentar el desafío de la productividad, hay desconcierto, además de muchas diferencias internas dentro del sector para acometer aquello (…) y eso va asociado a lo que significaría una reforma tributaria”.
En igual sentido pero en materia de perfeccionamiento de la democracia, Fernández acusó al gobierno de ejecutar “tareas pendientes” como la inscripción automática y el voto voluntario que si bien son “una condición necesaria, para nada es suficiente para responder a las demandas en materia de expresividad política que hoy la ciudadanía está planteando”.
Paradojas y contradicciones
En la misma línea, el ex vocero de las últimas dos administraciones de la Concertación, Francisco Vidal, señaló que “este es un gobierno de paradojas”, porque pese a que ha logrado cumplir con un 50% de los compromisos que ofreció, tiene un 30% de apoyo.
Además, agregó que “su principal problema es que los compromisos que asumió no dan cuenta de la nueva realidad, del nuevo país que emergió este año”, porque son compromisos que “tienen que ver con el ciclo anterior”.
Por lo mismo, para el ex ministro la “madre de todas las batallas del nuevo ciclo político” será el cambio al binominal, además de enfrentar la reforma tributaria, desafíos ante los cuales “el gobierno no tendría la capacidad de enfrentar”.
En ese sentido, el ex senador PS, Carlos Ominami, advirtió que el gobierno enfrenta una fuerte contradicción entre las aspiraciones del mismo presidente y la coalición que lo acompaña, donde habría “una discusión agria” en materia de reforma tributaria y reformas políticas y donde el mandatario tendría un “escaso nivel de maniobra”.
De ahí que ambos personeros coincidieron en anticipar que “la teoría del pato cojo” se va a adelantar en el caso del mandatario, dado el desafio que significan las nuevas demandas del nuevo ciclo político porque pese a que el presidente Piñera esté de acuerdo con dichas demandas “su coalición se lo impide, está atrapado”, sentenció Vidal, destacando que a partir de las elecciones municipales, el foco estará en las presidenciales.