El Gobierno del Presidente Xi Jinping está considerando una nueva versión de su plan maestro para impulsar la producción de bienes tecnológicos de alto nivel, según fuentes con conocimiento del tema. Esta iniciativa apunta a reforzar el control de China sobre el sector manufacturero, justo cuando el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca repatriar fábricas y promover el consumo interno.
Funcionarios chinos estarían delineando una nueva etapa de la emblemática campaña Made in China 2025, aunque podría adoptar otro nombre para evitar críticas de países occidentales, indicó una de las fuentes. El foco para la próxima década incluiría tecnologías estratégicas como el equipamiento para la fabricación de semiconductores.
“Debemos seguir fortaleciendo el sector manufacturero, adherir a los principios de autosuficiencia y mejora continua, y dominar las tecnologías clave”, afirmó Xi Jinping recientemente.
Paralelamente, quienes preparan el próximo Plan Quinquenal de China -que comenzará en 2026- buscan mantener estable, en el mediano y largo plazo, la participación del sector manufacturero en el Producto Interno Bruto, en una señal de que el reequilibrio económico que impulsa Washington podría seguir siendo esquivo.
Como parte de estas deliberaciones, también se ha discutido si se debe fijar un objetivo numérico para el consumo como proporción del PIB. Sin embargo, las autoridades estarían inclinándose en contra, dada la falta de herramientas eficaces para estimular el gasto de los hogares y la reticencia a comprometerse con una meta concreta.
Tanto el próximo Plan Quinquenal como el nuevo plan manufacturero, aún en etapa preliminar, podrían sufrir importantes cambios antes de ser anunciados. Este último incluso podría darse a conocer antes o después de esa cita legislativa.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC, por su sigla en inglés), principal agencia de planificación económica, no respondió a las consultas de Bloomberg.
Consumo y manufactura como parte del PIB
Desde hace tiempo, el liderazgo chino ha manifestado su intención de aumentar el consumo para evitar una espiral deflacionaria y contrarrestar la caída de las exportaciones por los aranceles estadounidenses. En la Asamblea Nacional Popular de marzo, el primer ministro Li Qiang declaró que “impulsar vigorosamente el consumo” es la principal prioridad del gobierno este año, e instó a convertir la demanda interna en el motor clave del crecimiento.
Sin embargo, desde entonces se han tomado pocas medidas concretas para estimular el gasto. Las autoridades prefieren observar si los actuales planes fiscales son suficientes para alcanzar la meta de crecimiento de “alrededor de 5%”. La manufactura sigue siendo considerada un pilar clave para la seguridad nacional y la creación de empleo. El reciente avance de DeepSeek en inteligencia artificial ha fortalecido la confianza del Gobierno en esta estrategia.
“Debemos seguir fortaleciendo el sector manufacturero, adherir a los principios de autosuficiencia y mejora continua, y dominar las tecnologías clave”, afirmó Xi el 19 de mayo durante una visita a una fábrica de rodamientos en Henan.
Actualmente, el consumo representa cerca del 40% del PIB chino -frente a entre 50% y 70% en economías desarrolladas-, lo que genera desequilibrios persistentes y fricciones comerciales. La inversión, que incluye la manufactura, también representa aproximadamente el 40% de la economía, el doble que en EEUU y un nivel históricamente elevado a escala global.
Made in China 2025
Lanzado en 2015, el plan Made in China 2025 buscaba posicionar al país como líder en sectores como vehículos eléctricos, aeronaves comerciales, semiconductores y robótica. El Consejo de Estado fijó entonces el objetivo de convertir a China en una potencia manufacturera “de nivel medio” para 2035 y en una “gran potencia” industrial para 2049, año del centenario de la fundación de la República Popular.
Según Bloomberg Economics y Bloomberg Intelligence, el plan ha tenido éxito: de 13 tecnologías clave monitoreadas, China lidera en cinco y avanza rápidamente en otras siete.
El énfasis actual en equipos de semiconductores responde a años de restricciones de EEUU, Japón y Países Bajos sobre exportaciones de herramientas avanzadas, como las de la holandesa ASML. Estas máquinas -especialmente sus equipos de litografía de última generación- son esenciales para fabricar chips avanzados utilizados en IA.
Pese a los avances logrados con equipamiento adquirido antes de las restricciones, la falta de acceso a las herramientas más sofisticadas sigue siendo un obstáculo importante. Trump busca endurecer aún más este cerco, lo que ha convertido el desarrollo de una industria local de maquinaria en una prioridad estratégica para Beijing.