por patricia arancibia clavel
Líder de la generación de recambio en la UDI, José Antonio Kast (45) ha sabido ganarse un espacio en una colectividad caracterizada por su fuerte raigambre jerárquica. En su momento se atrevió a desafiar el peso de los “coroneles” y hoy, superadas las asperezas, es jefe de la bancada de diputados y trabaja, mano a mano, con la directiva en pos de una tarea común. Abierto y bien dispuesto a responder las preguntas de Diario Financiero, se hace el tiempo para recibirnos en la sede de Suecia, en medio del caso Kodama que terminó con la renuncia de la ministra Magdalena Matte.
- ¿Te sorprendió la renuncia de la ministra?
- Sí, aunque era una de las opciones que ella manejaba. Valoro su actitud ya que teniendo el respaldo de toda la Coalición e incluso de bastantes parlamentarios de la Concertación que valoraban su gestión, ella decidió dar un paso al lado en pos de la transparencia y de evitar cualquier tipo de suspicacia y conflicto.
- ¿Qué diferencia hay entre esta renuncia y la de Jacqueline van Rysselberghe?
- Son cosas distintas, porque en el caso de la Intendenta, ella se vio enfrentada a una acusación constitucional, que si bien se basaba en un mal uso de la Constitución, fue producto de palabras poco afortunadas. Acá no había indicios de que la Concertación fuera a presentar una acusación, así que creo que las situaciones no son muy comparables.
- La bancada DC calificó de imprudente esta renuncia…
- Ojalá que en los gobiernos de la Concertación algunos ministros hubiesen cometido este tipo de “imprudencias”. El país se habría ahorrado bastantes recursos en el MOP-GATE, Ferrocarriles del Estado, Chile Deportes y tantos otros. Si en esos casos, los ministros hubiesen puesto sus cargos a disposición y hubiesen renunciado, se hubieran facilitado bastante las investigaciones que por años se dedicaron a entrampar.
- ¿Creó la ministra un precedente para sus pares, al asumir con su renuncia una responsabilidad política?
- Las situaciones a que se enfrentan los ministros son distintas y no siempre comparables, así que creo que aquí no se está sentando un precedente.
- ¿Estaban dispuestos a avalar una comisión investigadora en la Cámara?
- Estábamos dispuestos a que se aclararan todas las situaciones. La ministra actuó con absoluta transparencia y oportunamente, detuvo el pago y adicionalmente hizo lo que ningún ministro había hecho antes: poner todos los antecedentes frente a la Fiscalía. Esto es muy distinto a lo que sucedió en el MOP-GATE donde se hizo lo imposible por bloquear toda posibilidad de investigación. Presentamos nueve veces el tema de la comisión investigadora, tanto que después tuvo que haber un cambio en el reglamento para que los, en ese entonces diputados oficialistas, no se pudieran oponer a su constitución.
- ¿Qué se está haciendo en la UDI para mejorar relaciones con el Ejecutivo y RN?
- Es evidente que hemos tenido dificultades y problemas. Siempre he sido un tipo optimista que cree que frente a éstos hay dos alternativas: salir arrancando o enfrentarlos de raíz y solucionarlos. Estamos en este último camino. Como coalición observamos los mismos problemas que ve la ciudadanía y nos hemos puesto de acuerdo, de aquí para adelante, para buscar instancias de solución de conflictos y de dialogo político. De hecho hoy hay instancias de coordinación entre el Ejecutivo y el Legislativo como también entre el Ejecutivo y los partidos, que antes no estaban claramente explicitados. Faltaba una coordinación mayor.
¿Por qué tanta demora en algo tan fundamental?
Nos fue pillando la máquina. Instalar un gobierno no es fácil. Hubo que colocar no sólo cabezas, sino que armar equipos, lo que nos costó. Súmale el efecto terremoto. Todos estaban en la contingencia, en la urgencia del día a día y quizás nos faltó esa mirada de mediano y largo plazo que podría habernos ayudado a prevenir otros problemas, básicamente de comunicación y coordinación. Eso no se percibió y cuando algunos lo plantearon, no tuvieron el eco que debieran haber tenido. Pero estamos en un segundo año, ya no de instalación sino de consolidación donde, al menos en temas legislativos se vislumbra mucha mayor coordinación. Nos hemos reunido con el Presidente de la República para plantearle esta situación y él mismo ha reconocido que nos faltaba una coordinación y comunicación mucho más fluida.
- En la propia UDI se observan discrepancias. Longueira habla de carencia de “relato” y Larroulet le sale al paso…
- Estamos reforzando la coordinación. Aparte del Comité Político de los lunes, tenemos otro los días miércoles, que es un poco más prolongado y no dedicado a la contingencia. Allí se analizan las oportunidades y/o dificultades que nos surgen como Coalición de gobierno, la que es una buena instancia para enfrentar esas diferencias. En el caso que me preguntas, ambos en parte tienen razón y ese es el drama porque no es que uno esté absolutamente equivocado y el otro no. Comparto con Cristián Larroulet que este gobierno tiene mucho que mostrar, pero también comparto con Pablo de que quizás nos falta sintetizar y hacer más fácil la explicación a la gente de lo que hemos realizado. Pienso que la gente sintoniza más si se le dice que este es un gobierno que le entrega más libertad, más opciones, más oportunidades para desarrollarse plenamente como persona, como empresario, como trabajador, como familia.
- Dentro de la propia Coalición y Libertad y Desarrollo, han surgido voces críticas al carácter asistencialista que está tomando el gobierno, que se alejan de los postulados de un gobierno de centro-derecha. ¿Cuál es tu mirada en este punto?
- Nadie en el gobierno está por convertir a Chile en un país absolutamente asistencialista. Pero, para que haya igualdad de oportunidades, hay que darle un piso común a ciertas personas. La gran diferencia entre lo que planteaba el gobierno de Bachelet y lo que se plantea hoy día, con el Chile Solidario y el ingreso familiar ético, es que a las personas se le ponen ciertas exigencias para acceder a beneficios del Estado. Una exigencia mínima, pero muy importante pues tiene que ver con la responsabilidad. Antes, por el solo hecho de tener un cupo dentro de Chile Solidario te daban una cantidad de recursos. En la UDI, no estamos por hacer crecer el Estado de forma desmesurada, no queremos un Estado absolutamente asistencialista, sino que estamos convencidos de la necesidad de la coparticipación de las personas en ese desafío.
- En materia social qué está diferenciando a este gobierno de centro derecha?
- Nos diferenciamos claramente de la izquierda. La izquierda, lo que busca es que las personas no decidan por sí, sino que el Estado decida por ellas y prueba de eso es el Transantiago:“Yo decido por donde pasan las micros”. Ahora estamos tratando de arreglar un entuerto que la Concertación nos dejó como un presente griego. Ellos buscaban hacer crecer al Estado y que la gente dependiera absolutamente. Lo lograron bastante bien, teniendo al público cautivo, quitándole libertad a la gente y politizando enteramente la red asistencial. Lo que estamos tratando de hacer, es despolitizar la red asistencial que ellos malograron y poner requisitos súper objetivos.
- ¿Cómo están tus relaciones con la directiva de la UDI? Fuiste díscolo en un momento determinado…
- Nunca he sido díscolo. Puedo tener una interpretación distinta de cómo llegar a una meta final, pero nunca me he apartado de los principios, del ideario del partido. Tenemos diferentes maneras de aproximarnos a ciertas realidades, pero he visto también que la directiva ha acogido las alternativas que nosotros hicimos. Tengo que reconocer que tengo una muy buena relación con la directiva. Soy jefe de bancada y participo en las reuniones donde nuestras opiniones son escuchadas. Dificulto que en otro partido, dos listas que se confrontaron en una elección interna, puedan tener un trabajo común como el que nosotros tenemos hoy.
- ¿Qué esperas para el discurso del 21 de mayo?
- Que haya una rendición de cuentas, algo que en los gobiernos de la Concertación nunca vimos. Si uno se detiene en temas de infraestructura, de cárceles, de salud, de previsión, de educación, la mayoría de las promesas que hicieron, no se cumplieron. Entonces lo único que yo quiero es rendición de cuentas y que se diga como avanzaremos en otros temas emblemáticos.
- ¿Crees que la UDI tiene el derecho que el futuro candidato presidencial del sector sea de sus filas?
- Siempre hemos dicho que nos encantaría que un UDI fuera el próximo presidente de Chile, pero uno no puede forzarle la mano a una realidad evidente. Si nosotros no tenemos el candidato mejor posicionado va a ser difícil que uno de los nuestros lo sea y por eso creo que es tan importante que haya muchos rostros, muchos liderazgos frente a la opinión pública. Valoro que hoy día haya dentro de los ministros muchos bien aspectados. Y ahí puede estar un Lavín, un Golborne, una Matthei, un Allamand, un Hinzpeter…Estoy seguro que quien suscriba los principios de la coalición hará un mejor gobierno que el de la Concertación.