El General Velásquez, de héroe a perseguido
Por Alejandro San Francisco Profesor del Instituto de Historia y la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile.
Por: Equipo DF
Publicado: Viernes 28 de octubre de 2011 a las 05:00 hrs.
La victoria chilena en la Guerra del Pacífico produjo cambios importantes en el país, tales como la consolidación del nacionalismo criollo, que adquirió un “aire marcial”, en palabras de Miguel Ángel Centeno; además el territorio se amplió y se incorporaron las riquezas salitreras. En el ámbito militar también hubo importantes transformaciones: por una parte, comenzó la famosa profesionalización del Ejército, bajo el sello prusiano de Emil Körner; por otro lado, y de manera impensada, las instituciones armadas se vieron involucradas en la guerra civil de 1891, con la consecuente lucha intestina de los héroes que años antes habían combatido unidos.
Un caso emblemático de esta situación la representa José Velásquez (1833-1897), de larga y fecunda carrera militar. Como muchos hombres de su generación participó en la denominada Pacificación de la Araucanía, pero su hora crucial llegaría años después en la Guerra del Pacífico, cuando fue destinado a Antofagasta. En el conflicto, con el grado de coronel, fue parte de momentos decisivos, como las batallas de Tacna, Chorrillos y Miraflores, además de la toma del Morro de Arica.
Después de la guerra fue ascendido a General en 1887, y además integró el Senado, participando en las discusiones militares que se planteaban en la corporación. En la división política de 1890 Velásquez tomó parte por el presidente Balmaceda, y fue su ministro en dos gabinetes consecutivos, el ministerio Ibáñez (enero) y el ministerio Sanfuentes (mayo). El regreso de los uniformados a los gabinetes marcó el inicio, como señaló la prensa opositora, de la la politización del Ejército que precedió al estallido de la guerra civil. En 1891 acompañó al gobernante en distintas funciones, como senador del Congreso Constituyente y en su calidad de Comandante en Jefe del Ejército presidencial, pese a que no pudo estar en las batallas decisivas de Concón y Placilla, por haberse roto una pierna al caerse de un caballo.
Tras la derrota, el General se asiló en la legación alemana en Chile, dispuesto a presentarse a juicio por su actuación que, argumentaba, sólo había sido resultado del principio de obediencia y no deliberación militar. Como consecuencia de la derrota, Velásquez sufrió una dura persecución de dos años, tras lo cual fue absuelto, mientras se avanzaba hacia la reconciliación política en Chile, por la mentalidad política de la época y la aprobación de diversas leyes de amnistía.
En 1894 se presentó como candidato al Senado por el Partido Liberal Democrático (balmacedista), obteniendo una notable victoria, al igual que otros correligionarios: cinco senadores y 20 diputados ingresaron al Congreso Nacional a defender las banderas por las cuales había muerto el “Presidente-mártir”, como sus partidarios solían recordar a Balmaceda.
Finalmente, y en un nuevo escenario político, el General José Velásquez murió en una situación de gran pobreza en 1898, por lo que sus amigos decidieron ayudar a su familia -dejaba una viuda y trece hijos- reuniendo fondos para poder comprarles una casa que los ayudara en esa nueva situación.