Liderar eventuales cambios al gobierno corporativo de la Clínica Las Condes será una de las tareas que tendrá el ex contralor Ramiro Mendoza, quien llegó a la entidad de salud privada en medio del escándalo tras detectarse una diferencia contable en sus resultados.
Mendoza fue nombrado de forma unánime como director de la clínica, y según se informó, el directorio de la entidad, liderado por Fernando Cañas, le encargó al abogado que asesore a la administración, al propio consejo directivo y al comité de directores, para corregir las diferencias en la contabilidad de la compañía.
Consultado, Mendoza acotó sus desafíos: “Colaborar en el seguimiento de la auditoría en curso y ver los procesos de control interno de la sociedad, cómo mejorar el gobierno corporativo de la misma”, explicó.
El abogado se ha especializado en gobiernos corporativos, y su tarea en la clínica no será fácil, debido a las diferencias que existen al interior del directorio.
Su cargo está asegurado al menos hasta abril, cuando en la junta de accionistas deberá ratificar la composición de la mesa.
El experto de la UC, Ricardo Jungmann, ha planteado insistentemente en la necesidad de tener, por parte de los directorios, una adecuada gestión de riesgos: “Si bien no requerimos expertos en gestión de riesgos, necesitamos directores capacitados en este tema. De ahí la necesidad de formación en deberes legales y de ahí cómo se involucran los directores para fomentar una cultura de buenas prácticas dentro de las empresas”, lo que Mendoza cumpliría con creces.
El ex contralor fue contactado por Cañas y reemplazará a Alejandro Quintana, que renunció a la mesa la semana pasada. El abogado -elegido con los votos de la mayor accionista individual de la firma, Cecilia Karlezi, que posee el 17,45%- envió una dura carta al presidente ejecutivo de la entidad de salud privada cuestionando el modelo de negocios en lo referente a la relación que existe entre el cuerpo médico y la administración.
Hay voces entre los accionistas que han criticado una reacción “apresurada” de la mesa en cuanto a la información entregada al mercado. Esto, pues deberían haber recopilado más antecedentes sobre los montos de las diferencias contables antes de haber enviado los hechos esenciales a la SVS, han dicho los críticos.
Esto, considerando que días después de que la empresa destapó el caso, ejecutivos que se reunieron con doctores socios no descartaron que a raíz del trabajo de PwC las cifras divulgadas pudieran ser más altas.
No obstante, desde la clínica han descartado un riesgo de insolvencia para la sociedad, que tiene como principales accionistas a los propios médicos.