“El segundo trimestre fue el primero en que tuvimos ingresos”, dijo con una sonrisa el fundador y CEO de Lemu, Leo Prieto. Tras cuatro años de investigación y desarrollo (I+D), su startup entró en una nueva fase al debutar en el mercado con clientes como Codelco, Conexión Kimal-Lo Aguirre y el Banco Central.
Lemu desarrolló Atlas, una plataforma tecnológica con inteligencia artificial (IA) que reúne datos de ecosistemas naturales de todo el mundo, que recolecta a través de distintas fuentes y tecnologías, que pone a disposición de las empresas para apoyar la toma de decisiones. Desde el próximo año, integrará la información que recoge su satélite Lemu Nge (Ojo del bosque, en mapudungún).
Conectado desde Frutillar y como siempre vestido de verde, comentó que su agenda no ha parado desde el lanzamiento de Atlas en enero pasado. Solo en las últimas tres semanas estuvo en Perú, Estados Unidos, Suecia y México.
Contó que cuando puso en órbita Lemu Nge en agosto de 2024, causó un revuelo que no previeron. Empresas, organizaciones e incluso científicos de la NASA mostraron interés por acceder a los datos que el satélite captura desde el Espacio.

Imagen de humedales y su composición de biodiversidad de Caquena, Parinacota, tomada en abril pasado por Lemu Nge desde el Espacio.
“Nos dimos cuenta de que teníamos un producto comercial que compite con las mejores soluciones del mundo y no lo esperábamos, queríamos que esto fuera un laboratorio en órbita y se convirtió en un potencial mercado de soluciones”, dijo.
También llegaron invitaciones. En junio presentó Atlas en la Earth Observation Summit 2025 en Nueva York y en la Real Academia Sueca -donde entregan los premios Nobel- en Estocolmo, donde dio a conocer los avances de la compañía.
Inteligencia de la naturaleza
Lemu fue fundada en diciembre de 2020 como la evolución de Odd Industries, startup que pavimentó el camino de exploración, desarrollo de tecnología y las bases de Lemu Nge. A la fecha, su mayor inversionista es Arauco Ventures, que les ha aportado US$ 12 millones.
Prieto definió Lemu como una compañía de inteligencia de la naturaleza para empresas. Entrega información de 17 indicadores ambientales como agua, biodiversidad, carbono, desarrollo humano, vegetación, clima y gases, lo que les permite incorporar estas variables en la toma de decisiones, por ejemplo, de inversión, planificación y ejecución de proyectos.
“No entregamos solo datos, sino que ayudamos a las compañías a entender, monitorear y actuar con la naturaleza en el espacio y tiempo, considerando las variables ambientales”, explicó.
Prieto comentó que la escasa información es uno de los grandes “dolores” que existe para combatir la crisis climática.
“La inteligencia artificial puede escribir poemas o recomendar películas en Netflix (...), pero no puede resolver un problema de la naturaleza, porque el ser humano no ha generado datos del mundo natural”, afirmó.
Esa es la brecha que intentan cerrar con Atlas -que opera bajo un modelo de licencias anual según los requerimientos- y con casos de uso variados y en distintas industrias.
En mayo y junio cerraron contratos con clientes como Conexión Kimal-Lo Aguirre -la línea de transmisión de energías renovables que conectará a Antofagasta con Santiago- y el Banco Central.
Kimal-Lo Aguirre está usando la plataforma para monitoreo y gestión de biodiversidad con el fin de disminuir su impacto y tiempo de desarrollo. “Antes se gastaban varios millones al año en generar datos y ahora los ayudamos a reducir el costo, aumentar la eficiencia y la productividad de sus proyectos”, señaló Prieto.
El Banco Central en tanto, la usa para observar variables de la naturaleza como uno de los insumos para subir y bajar la tasa de interés. “Por ejemplo, la agricultura en Chile es una industria gigantesca y si hay algún factor que la pone en riesgo, afecta a la economía”, comentó.
Si bien hay “harto interés” desde el extranjero para usar Atlas, Prieto dijo que el objetivo en 2024 es validar su solución en Chile y “entender” la retroalimentación de sus clientes.
“El próximo año el foco estará en crecer y escalar internacionalmente. Nuestras proyecciones para 2026 son multiplicar por cinco los ingresos de este año”, estimó.
Tres décadas
Prieto siempre ha señalado que Lemu es un proyecto de tres décadas. En 2030 se cumplirá la primera, que es la superficie terrestre. La segunda, es el mundo subacuático.
La tercera, dijo, es “la más desafiante y emocionante”, busca que en cada decisión que tomen las personas, la naturaleza esté visible.
“Que cuando paguemos por algo sepamos la trazabilidad de los componentes de un producto. Estamos trabajando hacia eso. Una vez que se cumpla, ojalá Lemu esté presente en todas las pequeñas cosas de nuestra vida”.