El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, puso fin a su viaje de tres días a Cuba ayer abogando por la democracia y llamando directamente al pueblo cubano a liderar el cambio, en un discurso histórico que fue televisado en toda la isla. "Los ciudadanos deberían ser libres de decir lo que piensan sin miedo", dijo el mandatario, que fue ovacionado en varios pasajes de su discurso.
"He venido acá a enterrar el último vestigio de la Guerra Fría en América", aseguró Obama en el Gran Teatro de La Habana, con el presidente cubano Raúl Castro entre los asistentes. "He venido acá para extender una rama de olivo al pueblo cubano", agregó.
Pero Obama también presionó por reformas económicas y políticas, además de una mayor apertura, apelando directamente a los ciudadanos. "Creo en el pueblo cubano", dijo en correcto español.
El presidente explicó que decidió descongelar las relaciones entre ambos países porque la estrategia anterior "no estaba funcionado". "Nuestra política debe enfocarse en apoyar a los cubanos, no castigarlos", expresó y calificó al embargo como "una carga obsoleta sobre el pueblo cubano".
Luego interpeló al mismo tiempo al Congreso estadounidense y a las autoridades de la isla, afirmando que "es tiempo de levantar el embargo, pero aún cuando eso se hiciera mañana, los cubanos no podrían desarrollar su potencial si no hay cambios acá, en Cuba".
Obama aclaró que las transformaciones dependerán de la población, "no impondremos nuestro sistema económico o político en Cuba", pero hizo una firme apología por la democracia. "Los ciudadanos deberían ser libres de decir lo que piensan sin miedo, de criticar a su gobierno y de protestar pacíficamente", dijo.
Obama afirmó que los ciudadanos deberían ser capaces de escoger a sus gobiernos en elecciones libres y democráticas. Al respecto, dijo que en EEUU existen desafíos, como las tensiones raciales, pero que se puede debatir libremente sobre todos los temas. "No digo que esto es fácil, hay enormes problemas en nuestra sociedad, pero la democracia es la forma de resolverlos".
"Todos somos americanos", volvió a decir Obama en español, tal como en diciembre de 2014, cuando anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas desde Washington.
En un teatro con más de mil asistentes -entre ellos autoridades y empresarios de ambos países, además de parlamentarios estadounidenses y miembros de la elite cultural de la isla- el mandatario alabó que se esté acortando la brecha que dividía a los cubanos, diciendo que la reconciliación entre hijos y nietos de la revolución y los hijos y nietos del exilio es fundamental para el futuro de Cuba.
Obama tuvo palabras para aquellos ciudadanos que han llegado a EEUU y que han aportado al país. "En EEUU tenemos un ejemplo de lo que los cubanos son capaces de hacer: Miami".
Pese a que expresó abiertamente su defensa a la democracia, libertad de expresión y libertad de culto, Obama buscó equilibrar sus críticas con el reconocimiento de las fallas de EEUU y los logros de Cuba en áreas como la salud y la educación.
Obama quiere que el acercamiento a Cuba sea irreversible para cuando deje su cargo en enero, y asegurarlo como una parte importante de su legado en política exterior.
Pero el desafío de normalizar las relaciones no es fácil, especialmente levantar el embargo económico y zanjar las diferencias sobre derechos humanos. El Congreso, controlado por los republicanos, ha rechazado el llamado del presidente demócrata para levantar el embargo, pese a que el jefe de estado ha usado sus poderes ejecutivos para remover algunas restricciones de comercio y viajes a la isla.
Ayer, el vocero de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan dijo que el viaje legitima "la dictadura tiránica" de Castro y es un premio prematuro para el gobierno de la isla.
"Se requiere de un gran coraje", dice Obama a disidentes cubanos
Tras su discurso en el Gran Teatro de La Habana, el presidente norteamericano, Barack Obama, se reunió con un grupo de disidentes en la Embajada de Estados Unidos en Cuba.
"Muchas veces requiere un gran coraje ser activo en la vida civil aquí en Cuba. Esta es un área en la que continuamos teniendo profundas diferencias con el gobierno cubano", aseguró Obama.
"Hay personas aquí que han sido detenidas. Algunas en el pasado y otras muy recientemente", reconoció el mandatario.
El domingo un grupo perteneciente a las Damas de Blanco fue detenido por manifestarse a horas de la llegada del titular de la Casa Blanca a la isla. Según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, hay casi 90 presos políticos en Cuba.
Obama recalcó que uno de los objetivos de la normalización con Cuba es poder "escuchar directamente" al pueblo cubano y garantizar que también "tienen voz" en la nueva etapa de relaciones.
En el encuentro estuvieron presentes Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, el disidente Guillermo Fariñas, el defensor de los Derechos Humanos Elizardo Sánchez y la bloguera Yoani Sánchez, entre otros.