La Autoridad de Servicios Financieros
(FSA), el organismo regulador del sector financiero británico, pidió
hoy a los bancos que pongan a prueba su capacidad de respuesta ante
una eventual nueva recesión de la economía del Reino Unido.
En su informe anual sobre "Perspectiva de Riesgo Financiero",
difundido hoy, la FSA insta a los bancos a demostrar que su ratio de
capital efectivo en dinero, una medida clave en la seguridad
financiera, se puede mantener por encima del 4%, incluso en el caso
de que la economía se contrajera un 2,3% adicional y de que el
desempleo alcanzar una tasa del 13,3% (frente al 7% actual).
El grado de exigencia de estas pruebas es mayor que el de los
llevados a cabo hace un año, cuando se contemplaba un escenario de
una tasa de paro del 12,5% y una caída acumulada del PIB del 6,9%.
El presidente de la FSA, Adair Turner, explicó en el informe que
la economía británica está en el camino de una "lenta recuperación"
y expresó su preocupación por los problemas de muchas familias y
pymes para hacer frente a la deuda que han contraído, lo que les
hace vulnerables a nuevos reveses de la economía.
Turner consideró que "no se requerirá una gran cantidad extra de
capital" para que los bancos cumplan los requisitos y explicó que la
mayoría de las entidades financieras "están en un mejor punto de
partida" que cuando se empezaron a hacer estas pruebas en 2009.
La FSA también advirtió de que las entidades crediticias pueden
estar subestimando el número de prestamistas que atraviesan
dificultades económicas y que las entidades financieras no están lo
suficientemente preparadas para un aumento de las suspensiones de
pagos ante la eventualidad de una subida de los tipos de interés.