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BID: mercado de arriendos puede ser un instrumento central en la política de viviendas

Una de las opciones para aliviar el problema de los hogares es complementar los subsidios a la compra con una política de alquiler, dice el banco.

Por: | Publicado: Martes 8 de abril de 2014 a las 05:00 hrs.
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El mercado del arriendo de viviendas ha ganando fuerza en los últimos diez años en Latinoamérica donde actualmente uno de cada cinco hogares paga un arriendo por su vivienda, a pesar del sesgo de las políticas públicas hacia la adquisición de una propiedad.

Este mercado presenta condiciones similares a las de la vivienda formal incluso para los quintiles de ingreso más bajo y, por esta razón, el alquiler puede convertirse en una alternativa para resolver los problemas de déficit habitacional cuantitativo y cualitativo que actualmente afecta a casi el 40% de los hogares de la región, según el reporte “Se busca vivienda en alquiler”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El informe destaca que, a diferencia de lo que sucede en los países más desarrollados, en la región la demanda de vivienda en alquiler no es una opción sólo para los más pobres. “De hecho, en algunos países la tendencia a arrendar aumenta con los ingresos de los hogares y en otros está concentrada en los segmentos medios. Esto se explica por las altas tasas de informalidad de la vivienda, que permiten a familias de escasos ingresos acceder a la propiedad, aun cuando no sea de la mayor calidad o la mejor ubicación”, señaló Andrés Blanco, especialista senior en gestión fiscal y municipal del BID y coautor del estudio.

Por otro lado, el documento señala que el hecho de que en todos los países sean los hogares de ingresos más bajos los que exhiban menores probabilidades de alquilar se relaciona con el efecto que tiene la vivienda autoconstruida que les permite acceder a la propiedad. En el caso de Chile -el país con la menor incidencia de asentamientos informales en la región-, este patrón puede estar más relacionado con el éxito de la política de vivienda, al menos en lo que se refiere a atender a los dos quintiles más bajos de la demanda mediante subsidios.

Los mismos subsidios en Chile han propiciado una inmovilidad para estas familias, ya que no pueden costear la relocalización. En Chile, el tiempo medio de permanencia en vivienda subsidiada es de 23 años, pese a que al 42% de los propietarios le gustaría relocalizarse en una mejor vivienda o en un mejor barrio.

Nueva política de vivienda


En comparación con la situación en barrios marginales, la oferta de arriendos presenta mejores condiciones en materia de infraestructura y materiales de construcción que la “vivienda en propiedad informal”.

Por este motivo los analistas recomiendan que los países de la región deberían explorar la manera en que una política de arriendo pueda complementar -no sustituir- la política habitacional. Esto podría hacerse, por el lado de la oferta, apoyando la provisión de alquiler en pequeña escala y estimulando la creación de una producción comercial en gran escala. En cuanto a la demanda, podría haber subsidios directos y alternativas de leasing habitacional. Respecto al marco institucional, se deberían eliminar los controles de renta excesivos, mejorar la información del mercado y articular la planificación urbana con la política de alquiler, acota el documento.

“Estas intervenciones deben entenderse como parte de un marco general e integral basado en el concepto de vivienda como servicio que ofrezca opciones diferentes que respondan a las preferencias y necesidades de diversos segmentos del mercado. Así, las políticas de vivienda en alquiler deben ser un complemento de la vivienda en propiedad, responder al contexto y ser incrementales para que se adecuen a espacios y lugares específicos”, sentencia el BID.
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