La desconfianza en Irlanda puede tener un efecto de contagio
en otros países, España entre ellos, "si no demuestra su credibilidad en los
mercados", declaraban fuentes comunitarias de alto rango, según el diario
español Expansión.
En medio de la fuerte volatilidad de los mercados del viejo
continente, esa misma fuente –según Expansión- dijo que es necesaria una nueva
ronda de medidas “para reforzar esa credibilidad”.
Esas medidas deberían ser una especie de continuación de las
anteriores, con el objetivo de “asegurar la consolidación presupuestaria del 6%
del PIB en 2011, lo que implica que se adopten las medidas adecuadas, en caso
necesario, que la reforma de las cajas se lleve adelante de manera firme y, por
otro lado, que se piense en serio en la reforma de las pensiones”, señalaba esa
fuente europea.
Esta mañana, tanto la vicepresidenta económica española,
Elena Salgado, como el secretario de Estado, José Manuel Campa, han salido en
defensa de la solvencia de la deuda española. El viernes, fue el propio
presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, el que mandó un mensaje de
tranquilidad a los mercados.
España adoptó un primer
plan de medidas en primavera, para calmar la tensión en los mercados sobre la
situación de la deuda española. El gobierno aprobó una reforma laboral, la ley
de cajas, se publicaron los “test stress” de la casi totalidad de la banca y se
fijó unos objetivos de consolidación presupuestaria, en la línea de las
demandas de la CE.