El deterioro económico global hará que la
economía de los países latinoamericanos crezca "con suerte" en torno
al 1,5% en 2009, bastante por debajo del 4,4% de
2008, vaticinó hoy el presidente de la Corporación Andina de Fomento
(CAF), Enrique García.
García, que hizo este pronóstico en su intervención en un panel
de expertos en Latinoamérica durante la V Conferencia Internacional
"Europa y América ante los cambios", organizada por ABC, añadió que
a Latinoamérica le preocupa que aparezcan políticas proteccionistas
en los países industrializados si empeora la crisis y que bajen las
remesas, así como un hipotético avance del nacionalismo.
"La pelota está en la cancha de los países industrializados",
dijo García, que añadió que si los países latinoamericanos no actúan
con cautela, agilidad y realismo será más difícil salir de la crisis
sin que se pierda el ritmo de las transformaciones económicas y
sociales que han tenido lugar hasta el momento.
Por su parte, la asesora económica de la Secretaría General
Iberoamericana, Paulina Beato, aseguró en su intervención que entre
los principales retos que afrontan estos países destaca encontrar la
forma de financiarse para evitar la aplicación de políticas
restrictivas que perjudiquen el desarrollo de las infraestructuras,
uno de los grandes problemas que tiene este área y que habían
mejorado en los últimos años.
El director del Centro de Estudios Iberoamericanos de la
Universidad de Alcalá de Henares, José Luis Machinea, consideró, por
su parte, que si Latinoamérica logra financiación conseguirá crecer
en torno al 1%, y pronosticó que se avecinan unos años complicados
en el área, en los que habrá menos crédito.
Machinea abogó por la creación de alguna institución que, en
situaciones de crisis como la actual, preste fondos
"automáticamente" a los países que tengan buenas cifras
macroeconómicas "para evitar la salida de capitales".
Por último, el director de Estudios Latinoamericanos de la
Universidad estadounidense de Georgetown, Arturo Valenzuela, se
refirió a la necesidad de que los países latinoamericanos sigan
adelante con las reformas económicas, sociales y políticas que están
realizando, aunque advirtió que no será posible aplicarlas sin la
ayuda de instituciones "que permitan gobernar".