Por Marco Fajardo
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, señaló ayer que la apreciación del euro es una señal de la recuperación de la confianza en la moneda, y que espera un repunte económico gradual de Europa.
Draghi habló tras el anuncio del BCE y el Banco de Inglaterra (BoE) de que mantendrán sus tasas de interés en mínimos históricos, en medio de datos industriales de Alemania y el Reino Unido mejores a lo esperado. También advirtió que “la situación sigue siendo frágil” pese a la mejora de los mercados financieros, y que “el costo del crédito y la disponibilidad es desafiante”.
En cuanto a la recuperación, advirtió que “la debilidad económica en el área del euro prevalecería en el inicio de 2013”.
“Más adelante en el año la actividad económica debería recuperarse gradualmente, apuntalada por nuestra postura de política monetaria expansiva, la mejora de la confianza en los mercados financieros (...) además de un fortalecimiento de la demanda global”, sostuvo.
Paralelamente, sus declaraciones frenaron la apreciación del euro, ya que dejó entrever que en el futuro podría actuar sobre la moneda si su fortaleza acaba afectando a la inflación.
Previamente, el consejo de gobierno del BCE decidió conservar los tipos de interés en el mínimo histórico de 0,75%, mientras el BoE mantuvo la suya en 0,5%.
El BoE tampoco modificó su programa de emisión de dinero para la reactivación del mercado crediticio, en el que ya ha invertido 375.000 millones de libras (US$ 589.000 millones). “El comité acordó que está listo para proveer estímulo monetario adicional si se justifica por el panorama de crecimiento e inflación”, añadió el BoE.
Más temprano, Mark Carney, el próximo gobernador del BoE, que asume en julio, dijo que actuaría con cautela ante cualquier cambio en la forma que el banco central conduce la política monetaria. Sin embargo, al mismo tiempo sugirió que podría favorecer el compromiso con el estímulo económico por cierto tiempo.
Datos positivos
Mientras tanto, la economía europea sigue dando muestras positivas. La producción industrial de Alemania, la principal economía del continente, subió levemente en diciembre debido al impulso positivo de la manufactura, lo que genera expectativas de que se estaría recuperando de un trimestre débil.
Según datos del Ministerio de Economía, la producción subió un 0,3% en diciembre, frente al mes anterior.
“El repunte en los pedidos de manufactura, además de mejoras significativas en algunos indicadores de confianza importantes en los últimos meses, sugieren que nos estamos aproximando al final de la fase débil”, indicó el ministerio.
La producción industrial británica también aumentó algo más de lo esperado en diciembre, lo que pone fin a su peor trimestre desde el comienzo de 2009 y da una luz de esperanza a un gobierno desesperado por evitar que el país caiga nuevamente en recesión.
El indicador general de la producción, que incluye energía y minería, creció un 1,1 % en comparación con un aumento de 0,2 % revisado en noviembre. Los pronósticos de los economistas anticipaban un crecimiento de 0,9 %.
Dentro de eso, la producción manufacturera subió un 1,6 % en diciembre, después de una caída de 0,3% en noviembre, señaló la Oficina Nacional de Estadísticas.
“El repunte significativo en la producción manufacturera respecto a diciembre es bienvenido y debiese ayudar a disipar los temores sobre una recesión de triple caída”, declaró Philip Shaw, economista de Investec, a Reuters.
Cumbre UE empezó con casi 6 horas de retraso
Divisiones entre el norte y sur de Europa.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) iniciaron ayer con casi seis horas de retraso sobre el horario inicial y debido a fuertes divergencias, la cumbre en la que tendrán que decidir el presupuesto comunitario para el período 2014-2020.
El presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, mantuvo varias reuniones bilaterales con las diferentes delegaciones, donde quedaron en evidencia las divisiones entre el norte y el sur de Europa.
El proyecto presupuestario contempla 973.000 millones de euros, 80.000 millones menos que la propuesta presentada por la Comisión Europea y 20.000 millones menos respecto del presupuesto de 2007-2013. Los líderes tienen que cerrar un presupuesto que sirva para 28 países miembros, ya que Croacia se incorporará al club comunitario el 1 de julio.
Tendrán que ser unas cuentas que promuevan el crecimiento y el empleo, al tiempo que sean rigurosas en el gasto, dos factores que complican un acuerdo. Los Estados miembros llegaron muy divididos a la cumbre, con una clara diferencia entre países como España, Italia y Francia, que rechazan recortes y abogan porque los fondos europeos sigan sufragando las políticas agrarias y de cohesión, y por otro lado Reino Unido, Holanda, Alemania, Suecia y Finlandia, que defienden más austeridad presupuestaria. Si los mandatarios europeos no lograran un acuerdo sobre el presupuesto, tendrían que celebrar otra cumbre, algo complicado ante la cercanía de las elecciones alemanas, o aprobar un marco financiero anual.
El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, advirtió que si los líderes no logran el consenso demostrarán al exterior que son "incapaces" de acordar sus propias finanzas en un momento de crisis y de incertidumbre en los mercados financieros.